
En los últimos ocho meses, han sido dados de baja unos 15 policías de Cancún, unos 20 han sido sancionados y otros 100 están en “capilla”, principalmente por faltas injustificadas, abuso de autoridad, robo o actos de corrupción y si no hay denuncia se le da “carpetazo” al asunto, al no haber interesados, afirmó personal de la Comisión de Honor y Justicia de la Secretaría de Seguridad Ciudadana y Tránsito (SSCyT) en Benito Juárez.
Desde el último trimestre del año pasado y durante los primeros meses del 2025, los casos de elementos policiales y de tránsito que han sido exhibidos por ciudadanos cansados de sus tropelías, ya sea intentando extorsionar o abusando de su insignia, han llegado a manos de las autoridades municipales, pero no necesariamente a los archivos de la Comisión de Honor y Justicia, que es un órgano colegiado donde se ventilan e investigan las quejas contra los elementos.

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Pero para que ese Consejo tenga conocimiento de la queja, el ciudadano primero debe acudir a la Dirección de Asuntos Internos, que es como una agencia ministerial, pero de carácter administrativo y no penal, se explicó, que ahí se determina si se inicia un expediente administrativo al gendarme señalado, que pasa a manos del Consejo.
“Ahí ya se determina la situación jurídica y las sanciones van desde un arresto de 12, 24, o 36 horas, una suspensión mínima de un día y máxima de 3 meses dependiendo de la gravedad del asunto, hasta la baja definitiva de la corporación, que llega cuando se puede comprobar la falta del elemento”, se informó.
Se aclaró que, si el ciudadano no confía en Asuntos Internos, por ser juez y parte, tienen la libertad de hacer una denuncia ante la Fiscalía General del Estado (FGE) y en esos casos ya puede haber incluso responsabilidad penal.
Indicaron que los procedimientos pueden tardar entre 6 y 8 meses, cada mes hay reunión del Consejo y las quejas son muchas, tiempo en el que unos 100 elementos están en “capilla” esperando la resolución, que en la mayoría de los casos queda en el “archivo muerto”, principalmente por la falta de seguimiento de la parte acusadora, aunque se admitió que, si no hay denuncia, aunque haya un video -no contundente-, el asunto generalmente se le da “carpetazo”.

Algunos de los casos más sonados y en los que no pasó nada fueron:
Un elemento de la Dirección de Tránsito por el video exhibido el 22 de enero en el que aparentemente recibe la famosa “mochada”.
Tres elementos de la Policía Turística, por el vergonzoso asunto ocurrido en uno de los hoteles de la cadena RIU, donde una familia de turistas nacionales señaló a elementos de seguridad por lesiones, robo, abuso sexual y demás ilícitos, y a los agentes policiales por abuso de autoridad, amenazas y agresiones físicas, acusaciones graves, pero que fueron reincorporados a sus labores por falta de elementos.
Dos agentes de tránsito más por una presunta extorsión de 12 mil pesos.
Hay que mencionar que ha habido al menos dos casos más de elementos captados en video. En uno el policía fue señalado de intentar extorsionar a un cuentahabiente afuera de un cajero automático en la Región 63, pero resultó que el policía únicamente actuó a solicitud de un taxista que exigía que el usuario le pagara el pasaje y cuando el elemento acompañó al ciudadano al cajero, éste intentó escapar, lo que se prestó a una confusión.

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En el otro caso, circuló un video, en donde se ve a un elemento de tránsito forcejeando con dos mujeres cerca de Plaza Hollywood, pero después salió a la luz otro video -ese sí completo- en donde se observa que el agente detiene a las féminas por alguna violación al reglamento mientras circulaban en una motocicleta, pero una de ellas intenta escapar y se le va a los golpes al elemento, quien lo único que hace es retroceder y, al final, las tripulantes de la motocicleta se fueron.
Se indicó que desde que fue instaurado ese Consejo de Honor y Justicia, ha servido, pues varios elementos fueron sancionados como debe ser, pero también se dejó entrever que cuando el ciudadano no denuncia o desiste de continuar el proceso, se debe a algún tipo de amenaza del propio policía señalado.