
De acuerdo con reportes epidemiológicos de la semana 14 de la Secretaría de Salud, en las últimas semanas se han registrado 141 casos de mordeduras a humanos por mamíferos, 124 de son de perros y el resto de otras especies. Pese a estas estadísticas, aún no se ha registrado ninguno de rabia en humanos.
Sin embargo, la médico familiar Claudia Paredes dijo a Por Esto! que es importante extremar precauciones si se sufre de la mordedura de algún animal, para evitar no sólo la rabia, sino también la proliferación de otras enfermedades o infecciones.
Recordó que la rabia es una enfermedad peligrosa, pero es muy poco común que se transfiera en humanos en nuestra región, ya que los animales transmisores de este padecimiento normalmente se encuentran en lugares lejanos a las zonas pobladas, y aunque las personas tengan un encuentro con alguno de ellos, al no estar acostumbrados a los humanos, su primer comportamiento instintivo es huir y no morder, en comparación con otros países donde la convivencia con ellos es a diario, e incluso algunos de estos ejemplares transmisores de rabia suelen estar en el menú del día de los habitantes.
Sin embargo, la doctora Paredes García no descarta la posibilidad de que en algún momento pudiera haber un contagio, pese a los números de la Secretaría de Salud, que al momento están vacíos.
En este sentido, la especialista acotó que en caso de sufrir el ataque de un animal transmisor de rabia, lo primero que hay que hacer es acudir de inmediato a la clínica más cercana, en donde brindarán atención médica especializada con los protocolos establecidos para estos casos; en su mayoría es lavar bien la herida para evitar infecciones y la colocación de un antirrábico.
La especialista subrayó que la mayoría de las mordeduras de perros a humanos suelen suceder en casas particulares, donde el animal actúa como guardián y ataca si considera la invasión de su territorio. Esto no descarta acudir a un médico para prevenir no sólo la rabia, si no cualquier anomalía que se pudiera presentar.
Por último, la médico familiar aseguró que es importante no acercarse mucho a los animales silvestres transmisores de este mal, sobre todo en caso de los murciélagos que habitan en cenotes o algunas zonas arqueológicas, o los mapaches, que suelen encontrarse en algunas zonas turísticas naturales de la entidad, esto con el fin de evitar cualquier riesgo de contraer rabia.