
Yucatán se consolida como una de las entidades con mayor avance en la adopción tecnológica del país, de acuerdo con los resultados de la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares (Endutih) 2024, que publicó el Inegi.
Según la encuesta, el 86 por ciento de la población yucateca de seis años o más utiliza internet, es decir, cerca de 1.87 millones de personas, una proporción que supera al promedio nacional de 83.1 por ciento. Esta cifra sitúa al estado entre los más conectados de México, evidenciando un cambio profundo en los hábitos digitales de sus habitantes.
Uno de los indicadores más destacados es que el 31 por ciento de los hogares en Yucatán ya cuenta con al menos un dispositivo inteligente conectado a internet -como asistentes virtuales, cámaras de videovigilancia o equipos de entretenimiento digital-, superando por cinco puntos el promedio nacional (26 por ciento). Este avance refleja una transición paulatina hacia el hogar digital y un mayor nivel de familiaridad tecnológica en la población.
En cuanto al acceso doméstico, el 73.9 por ciento de los hogares yucatecos tiene servicio de internet, una proporción también por encima del promedio nacional. Este crecimiento sostenido en infraestructura digital ha sido clave para ampliar el uso de herramientas como la educación en línea, el trabajo remoto y la gestión de servicios digitales.
El teléfono celular continúa siendo el dispositivo de mayor penetración: 81.8 por ciento de la población yucateca lo utiliza, equivalente a 1.77 millones de personas, ligeramente por encima de la media nacional (81.7 por ciento). En cambio, el acceso a computadoras se mantiene limitado: 38.2 por ciento de la población cuenta con una, apenas superior al 36.6 por ciento nacional, lo que puede representar una barrera en actividades que requieren capacidades técnicas más complejas.
Pese a estos avances, los desafíos persisten, especialmente en las regiones rurales del estado. Mientras que en Mérida y zonas urbanas, el acceso a internet es prácticamente generalizado, en comunidades más apartadas las condiciones son distintas: infraestructura deficiente, cobertura intermitente y menor acceso a dispositivos impiden que muchas familias aprovechen plenamente los beneficios de la era digital.
Este fenómeno responde a factores estructurales: Yucatán tiene una población más dispersa y con un alto porcentaje de localidades rurales, a diferencia de estados como Quintana Roo -su vecino más cercano- que ha incorporado la digitalización como parte de su desarrollo económico turístico. Quintana Roo alcanza una cobertura del 90.7 por ciento de su población conectada, muy por encima del 86 por ciento de Yucatán. Sólo Sonora (91.3 por ciento) y Baja California Sur (90.4 por ciento) superan ese porcentaje.

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A nivel nacional, la brecha urbano-rural sigue siendo significativa: el 86.9 por ciento de la población urbana está conectada frente al 68.5 por ciento en zonas rurales. En el interior de Yucatán, esta diferencia es tangible y condiciona las oportunidades educativas, laborales y de desarrollo para miles de personas.
Los resultados de la Endutih no sólo dan cuenta del crecimiento técnico sino también de un cambio cultural en curso. Internet se ha convertido en una herramienta básica en la vida diaria de los yucatecos. Las actividades más frecuentes son la mensajería instantánea (93.0 por ciento), el uso de redes sociales (90.4 por ciento), la escucha de música en línea y el consumo de contenido audiovisual (89.0 por ciento).
El teléfono celular es el dispositivo predilecto para conectarse a internet: 97.2 por ciento de los usuarios accede a la red desde un smartphone. En contraste, el uso de computadoras ha disminuido, y hoy apenas el 35.9 por ciento de los usuarios las utiliza. En cambio, el uso de televisores inteligentes (43.6 por ciento) ha ganado terreno, impulsado por plataformas de streaming y servicios multimedia.
No todo es avance. El informe también revela áreas donde Yucatán y el Sureste del país mantienen rezagos importantes, como la adopción de servicios financieros digitales y el comercio electrónico. Esta limitación impide una plena inclusión financiera y frena el desarrollo de modelos de negocio digitales, especialmente en comunidades rurales.
Además, la escasa disponibilidad de equipos de cómputo en muchos hogares sigue siendo un obstáculo para el acceso igualitario a la educación y al empleo remoto. Por eso, expertos y autoridades subrayan la necesidad de reforzar programas de inclusión digital, particularmente aquellos enfocados en dotar de tecnología a escuelas y capacitar a docentes y estudiantes.
Yucatán ha demostrado un crecimiento sostenido en materia de conectividad y cultura digital. Sin embargo, el reto ahora es garantizar que este desarrollo no profundice las desigualdades existentes. La transformación tecnológica está en marcha, pero su éxito dependerá de cerrar las brechas entre el campo y la ciudad, y de asegurar que nadie quede fuera de los beneficios que ofrece la digitalización.
En palabras de los datos: el avance es real, pero el rezago estructural en el Sureste mexicano aún es un desafío por superar.