
El Hospital Regional de Alta Especialidad de la Península de Yucatán (Hraepy), considerado uno de los centros médicos más relevantes del Sureste mexicano, atraviesa una grave crisis operativa: el desabasto de medicamentos, especialmente los indispensables para sedación en cirugías, ha paralizado gran parte de sus servicios, y ha puesto en riesgo la salud de cientos de pacientes.
Pedro Leal, presidente de la sección 100 del Sindicato de Trabajadores de la Salud del hospital, denunció que actualmente el nivel de abastecimiento general es de apenas 40 por ciento, mientras que en el caso específico de los medicamentos para sedación quirúrgica, la cifra es alarmante: menos del 10 por ciento.
“Estamos operando con apenas un 40 por ciento de abasto general y en sedación estamos incluso por debajo del 10 por ciento. Es lamentable para un hospital de tercer nivel que atiende casos de alta complejidad”, declaró el dirigente sindical.
Como consecuencia directa, múltiples intervenciones quirúrgicas han sido pospuestas o canceladas. Algunos pacientes y sus familias se han visto obligados a adquirir por su cuenta los medicamentos necesarios para que sus parientes puedan ser operados, según reportes compartidos en redes sociales y por personal del propio hospital.

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Aunque las autoridades federales aseguraron que el suministro se regularizaría el 16 de mayo, a la fecha no se ha reportado mejoría. “Sin insumos, no se puede cumplir con el modelo de atención gratuita y universal”, lamentó Leal.
Sin agua ni clima
A esta crisis médica se sumó un apagón el pasado fin de semana, causado por un accidente externo que afectó los transformadores del hospital. La interrupción del suministro eléctrico duró casi 6 horas, desde las 7:00 hasta las 13:00 horas.
Durante ese tiempo, dos de las tres plantas de emergencia lograron mantener algunos servicios críticos, mientras que una tercera fue activada como reserva. Aun así, el suministro de agua y la climatización se interrumpieron.
“Este tipo de fallos ponen en riesgo a los pacientes más vulnerables, como personas mayores, niños y pacientes con enfermedades crónicas. El calor extremo dentro del hospital agrava sus condiciones de salud”, alertó personal médico.
De 88 a 19 cirugías diarias
La decadencia del Hraepy inició en 2023, cuando el hospital realizaba un promedio de 88 cirugías diarias. A finales del año pasado apenas si alcanzaba las 19, una caída del 78 por ciento. Esta baja drástica en productividad coincide con la cancelación de una licitación pública en el último trimestre de ese año, bajo el argumento de “ajustes presupuestales”.

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Desde entonces, el hospital ha enfrentado una cadena de irregularidades: retrasos en pagos a proveedores, extravío de facturas, y falta de mantenimiento a infraestructura crítica como la planta de energía principal.
Fuentes médicas que solicitaron anonimato afirman que la tasa de mortalidad en el hospital ha aumentado un 66 por ciento desde finales de 2023, una cifra que enciende alarmas sobre la calidad de la atención actual.
Esta situación ha hecho que lo que alguna vez fue un centro de referencia regional en salud pública, se perciba hoy como una institución en declive, donde los errores administrativos y la falta de recursos se traducen en riesgo de vida para los pacientes.
Protestas y demandas
En febrero de este año, cerca de mil 200 trabajadores sindicalizados del hospital se unieron a una protesta nacional indefinida. Las demandas incluyen el pago de salarios atrasados de 2023 y 2024, entrega de vestuario institucional o su equivalente económico, y mejoras urgentes en las condiciones laborales.
Aunque el servicio médico para trabajadores de base ya se ha restablecido, aún no hay claridad sobre otras prestaciones.