Micronegocios sostienen el empleo en Yucatán, pero solo generan una cuarta parte de los ingresos estatales

Más de 156 mil unidades económicas registradas y más de 760 mil personas ocupadas, la estructura productiva de Yucatán está profundamente marcada por los micronegocios, según revelan los resultados de los Censos Económicos 2024, presentados por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

Los datos muestran que el 95.2% de los establecimientos en Yucatán operan con 10 o menos personas, y aunque dan empleo al 50.9% de la fuerza laboral, sólo generan el 26.8% de los ingresos del estado, lo que pone en evidencia su alta carga social pero baja productividad económica.

El contraste con los grandes establecimientos es significativo: apenas el 0.1% de las unidades económicas tienen más de 250 trabajadores, pero concentran el 16.4% del empleo y generan el 18.8% de los ingresos, lo que acentúa las brechas estructurales entre segmentos económicos en la entidad.

Aunque el número de negocios creció con respecto a los últimos censos, el panorama no es necesariamente optimista para los pequeños comerciantes. Datos del Directorio Estadístico Nacional de Unidades Económicas (Denue) indican que en 2024 hay 23,942 establecimientos dedicados al comercio al por menor —principalmente tienditas de abarrotes, expendios de bebidas y ventas de alimentos—, lo que representa un incremento de 3 mil unidades en comparación con 2018.

in embargo, representantes del sector advierten que la cifra no refleja la alta rotación de negocios: muchos abren por necesidad económica, pero cierran meses después ante los bajos márgenes de utilidad, el alza de precios en insumos, el costo de la energía eléctrica y la falta de apoyos efectivos.

La Cámara Nacional de Comercio en Pequeño, Servicios y Turismo (Canacope) reporta que en Mérida cerca del 5% de las tienditas han cerrado en meses recientes. El margen de ganancia en productos esenciales se ha reducido casi a la mitad, y la falta de políticas diferenciadas para pequeños comercios —como tarifas energéticas especiales o créditos accesibles— limita su capacidad de supervivencia.

Participación femenina alcanza cifra histórica

Uno de los avances más destacados en los resultados del censo es la creciente participación de las mujeres en la economía estatal. El año pasado representaron el 44.9% de la población ocupada, el porcentaje más alto registrado hasta ahora en los Censos Económicos de Yucatán. Este incremento está vinculado al dinamismo de sectores como el comercio, los servicios y la manufactura ligera, donde la participación femenina ha crecido de forma constante desde 2018, cuando era del 42.2%. El fenómeno refleja cambios culturales, mayor acceso a oportunidades y una presencia más activa de las mujeres en el emprendimiento local.

Por primera vez, los censos incluyeron información sobre la inclusión laboral de personas con discapacidad. En el estado, mil 853 negocios reportaron tener al menos una persona con alguna discapacidad trabajando, lo que constituye un paso inicial hacia su visibilización en el ámbito económico.

Las discapacidades más comunes fueron las dificultades visuales (mil 350 casos), seguidas de las dificultades motrices y auditivas. Las menos frecuentes fueron las asociadas al habla o la comunicación. Aunque estas cifras aún representan un porcentaje reducido, son fundamentales para diseñar políticas públicas orientadas a ampliar la inclusión laboral en el estado.

Avanza la digitalización

Otro aspecto relevante que revelan los Censos Económicos 2024 es el uso creciente de herramientas digitales en las actividades económicas. El 31.9% de los negocios en Yucatán —equivalente a 41,478 unidades— reportó utilizar internet, principalmente para acceso a buscadores (81.1%) y consulta de información (56.7%).

Asimismo, la venta en línea creció de 3.8% en 2018 a 7.6% en 2023, y aunque todavía se trata de un porcentaje menor, el avance es significativo en el contexto de la economía informal y de escala reducida que predomina en el estado. En cuanto a los métodos de pago, se reporta una caída en el uso del efectivo, que pasó del 95.5% en 2018 al 67.7% en 2023. A la par, crecieron las transferencias electrónicas (de 9.5% a 16.8%) y el uso de tarjetas bancarias (de 10.1% a 15.7%), lo que indica una progresiva modernización del comercio local.

Los datos del Inegi confirman que la economía de Yucatán depende en gran medida de sus micronegocios, tanto en lo laboral como en su distribución territorial. No obstante, estas unidades económicas siguen siendo las más expuestas a las crisis, los cambios regulatorios y la competencia desleal.

Aunque hay señales alentadoras en la inclusión laboral, la participación femenina y el uso de tecnología, el desafío estructural permanece: convertir la resistencia de los pequeños negocios en desarrollo sostenible, con políticas públicas que reconozcan su papel estratégico en la economía del estado.