
El tejido de fibras de henequén era una actividad representativa del estado, y en la actualidad son muy pocas las personas que siguen trabajando con él, es por ello que el Museo del Artesano de la comisaría de Tixhualactún aún preserva esta labor.
En este lugar aún se reúnen quienes conocen este oficio con la finalidad de dejar un legado, aseguraron que esto no debe ser olvidado y que sería una pena que los más jóvenes no sepan sobre esta labor.

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En el sitio se puede observar todo el proceso de elaboración para la obtención del material; el bajado de la penca, la extracción de la fibra, el hilado y, por último, el diseño. El museo tiene registro de varias artesanas que aún disfrutan de esta actividad y que procuran mantener vivos estos conocimientos, ya que en ellos encuentran el placer de crear, pero sobre todo el de preservar su identidad a través de su oficio.
El museo tiene a la venta los productos realizados por los artesanos de la comunidad que mantienen viva esta tradición, impulsando la economía de quienes aún realizan estos bordados con fibra de henequén.

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Según el Centro de Investigación Científica de Yucatán, el henequén se domesticó en la época prehispánica debido a la utilidad de sus fibras; sin embargo, fue durante el tiempo de las haciendas que esta planta se convirtió en uno de los productos más importantes en el mercado.
Durante el siglo XIX, la industria henequenera vio su mejor momento, gracias a la resistencia y durabilidad de su fibra. Estas características la hacían ideal para la fabricación de hilos que pasaban a formar parte de sogas y tapetes, entre otros productos.