
La comisaría de Xcunyá, ubicada en el camino entre Mérida y Progreso, enfrenta una grave amenaza ambiental: la pérdida acelerada de colmenas de melipona, una abeja sin aguijón nativa de la Península de Yucatán.
Jesús Roberto Poot Yam, integrante de la cooperativa familiar Kuchil Kaab, denunció en entrevista para POR ESTO!, que las fumigaciones sin control y con químicos altamente tóxicos están afectando seriamente la salud de estas abejas, esenciales para el equilibrio ecológico y la cultura maya.
“Nuestra cooperativa está formada por hombres y mujeres que estamos comprometidos con el rescate y la conservación de la melipona, o xunánkab, como le llamamos en maya. Es una abeja sagrada para nosotros, y en los últimos años se nos ha vuelto muy difícil mantenerla con vida”, expresó Poot Yam.

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Según explicó, las abejas han comenzado a desaparecer misteriosamente. A simple vista, las colmenas parecen vacías, y poco a poco se observa a los insectos morir, aparentemente sin ninguna causa. Sin embargo, los apicultores han detectado una constante: la fumigación en zonas habitadas, patios y hasta dentro de los hogares, con productos químicos como el bendiocarb, un compuesto neurotóxico altamente dañino.
“Sabemos que estos químicos dañan el sistema nervioso de las abejas. Incluso uno de ellos es cancerígeno. No es bueno para los insectos ni para las personas. Pero muchas veces, por desconocimiento, la gente permite que fumiguen dentro de sus casas. Eso está matando las colmenas”, advirtió.
La pérdida no es menor. Poot Yam estima que tan sólo en el último año han perdido hasta 80 colmenas meliponas, lo cual representa un golpe devastador para una actividad que, además de ser económica, tiene un profundo valor cultural y ecológico.
“Es bastante. Nos duele. Las abejitas son esenciales para la polinización de nuestras plantas, y también son parte de nuestra historia como pueblo maya”, afirmó.

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A pesar de las adversidades, la cooperativa Kuchil Kaab ha buscado resistir. Desde sus redes sociales y ahora a través de medios como POR ESTO!, han comenzado a alzar la voz para pedir una revisión urgente de las políticas de fumigación y el uso de agroquímicos en la región.
“Ha sido una lucha, incluso aquí mismo en el pueblo. Algunos nos apoyan, otros no entienden o no quieren cambiar. Pero nosotros tenemos claro que debemos proteger a las abejas, porque son parte de nuestro entorno, y si desaparecen, algo más grave va a pasar”, dijo con convicción.
Además del impacto ambiental, la pérdida de colmenas también afecta su economía, pues, aunque el precio de la miel melipona se ha logrado mantener estable, la demanda ha disminuido notoriamente en los últimos meses. Incluso, la tienda que tienen en el municipio de Cuzamá ha registrado una baja considerable en visitas.
“No sabemos exactamente por qué ha bajado tanto la venta. Tal vez hay desinformación o desinterés, pero esperamos que en los próximos meses mejore. La meliponicultura es parte de nuestra identidad, y no queremos que se pierda”, expresó Poot Yam.