Este inicio de semana dos personas recibieron llamadas de extorsión en Tizimín, pero en ninguno de los casos los afectados realizaron los depósitos que les exigían, ya que pidieron el apoyo de la Policía Municipal, e incluso uno de ellos fue interceptado en un Oxxo por los uniformados.
El primero de estos casos se dio a eso de las 10:00 horas de ayer en un predio de la calle 59 entre 42 y 44, en donde una familia recibió una llamada de un sujeto que les dijo que tenía secuestrado a un pariente, y a cambio de no hacerle daño les pidió depositar una cantidad de dinero a una cuenta bancaria.
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Sin embargo, mientras se atendía esa llamada, otro familiar alertó a la Policía, arribando agentes policiacos a la vivienda, se cortó la comunicación con el extorsionador y se bloqueó el número telefónico, para posteriormente localizar a la persona presuntamente secuestrada, quien estaba sana y salva y jamás fue víctima de la delincuencia.
El segundo caso se dio poco después de las 14:00 horas, cuando el señor Miguel R. llegó a una tienda Oxxo de la calle 48 con 79 de la colonia Adolfo López Mateos, en donde explicó a los encargados que iba a depositar 10 mil pesos a unos extorsionadores, que le dijeron que tenían información de su taquería denominada Fide.
Los empleados pidieron la intervención de la Policía, llegando hasta la tienda varios agentes policiacos que evitaron que el señor depositara los 10 mil pesos, que serían a dos cuentas diferentes, cada una con 5 mil.
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En ambos casos se exhortó a las personas interponer las denuncias correspondientes ante la Fiscalía General del Estado, a fin de realizar las indagatorias correspondientes y tratar de dar con los responsables de estas extorsiones que, por fortuna, no culminaron con pérdidas económicas.
Sin embargo, las autoridades exhortaron a la población a estar pendientes ante cualquier llamada de ese tipo, y lo más recomendable, desde el principio, es no responder llamadas de números desconocidos.
Asimismo, en caso de entablar comunicación con estas personas, se recomienda no caer en pánico, colgar de inmediato, y verificar que esté sano y salvo el familiar que supuestamente está secuestrado, lesionado o detenido. En la totalidad de los casos se tratan de mentiras que los extorsionadores dicen las víctimas para que estas, en medio de la desesperación, accedan a sus peticiones.
