
Las altas temperaturas que azotan a la región están poniendo en riesgo la salud de los trabajadores de la construcción, quienes laboran bajo el sol durante largas jornadas. Un integrante del Sindicato de Alarifes sufrió un golpe de calor el pasado fin de semana, hecho que encendió las alertas dentro del gremio, quien confirmó que él mismo fue víctima del calor extremo mientras estaba en la obra, por lo que tuvo que recibir asistencia médica y guardar reposo durante tres días.
Medina López explicó que han pedido a los trabajadores detener labores entre la una y las tres de la tarde, así como tomar descansos de 10 a 15 minutos bajo sombra si sienten agotamiento. Sin embargo, muchos se arriesgan por temor a que los patrones consideren esto como incumplimiento a la jornada o que aplazan la duración de la obra.
“El calor está terrible. Pedimos que los compañeros usen sombreros, gorros, que lleven agua, y a los empresarios les solicitamos que proporcionen bebidas hidratantes, incluso sueros. No es una exageración, es una necesidad”, enfatizó.

También se han considerado opciones como iniciar la jornada laboral más temprano para evitar las horas de mayor calor, pero Medina López reconoció que muchos albañiles no tienen el hábito de presentarse a primera hora, lo que complica esta alternativa. Sin embargo, ante la advertencia de las autoridades, no quedará de otra: es eso o exponerse a un golpe de calor.
El secretario general del Sindicato de Alarifes indicó que la experiencia que vivió fue muy fuerte y que hay quienes, con otras condiciones de salud, podrían no recuperarse. Por ello, pidió que todas las recomendaciones médicas sean tomadas en cuenta en cualquier trabajo al aire libre.
Finalmente, hizo un llamado a la empatía por parte de empresarios y responsables de obra, recordando que el trabajo en construcción ya es físicamente demandante, y con las temperaturas actuales, representa un riesgo para la salud y seguridad de todos.
JY