
Un día como hoy, hace 121 años, el Ferrocarril Campechano marcó un hito en la movilidad regional, al inaugurar su primer tramo que unió la Ciudad de Campeche con Chiná.
El 30 de mayo de 1904, tras finalizar la construcción de la vía férrea de 10 kilómetros, la empresa ferroviaria puso en marcha los recorridos en beneficio de los habitantes del estado, consolidando el proyecto como un avance clave para el desarrollo y la conectividad de la región.
Los orígenes del Ferrocarril Campechano

El proyecto ferroviario en Campeche tuvo sus primeras iniciativas en 1865, cuando el entonces gobernador Fernando Carvajal impulsó la idea de conectar la ciudad con la Península de Yucatán para fortalecer el comercio. Sin embargo, no fue sino hasta finales del siglo XIX que se comenzaron los trabajos de manera formal para construir el Ferrocarril Campechano, considerado uno de los primeros intentos de modernización del transporte en el sureste del país.
Infraestructura adelantada a su época
De acuerdo con registros históricos, el tren contaba con locomotoras de vapor y vagones para pasajeros y carga. Con el tiempo, sus vías se extendieron hacia otros puntos del estado, incluyendo Hampolol, Pomuch, Hecelchakán, Tenabo y Calkiní, hasta alcanzar la ciudad de Mérida en Yucatán.

Este ferrocarril no solo representó un avance técnico para la época, sino que se convirtió en un eje articulador para las comunidades rurales, permitiendo el transporte de productos agrícolas, maderas y otras mercancías esenciales.
Impacto en la economía y el desarrollo
La llegada del tren a Campeche no solo representó un progreso en infraestructura, sino que también permitió un impulso económico, facilitando el comercio entre puntos estratégicos del estado. La conectividad propiciada por el ferrocarril ayudó a dinamizar zonas productivas y acercó a las poblaciones con los principales centros urbanos.
El legado del Ferrocarril Campechano
Desde su inauguración, el Ferrocarril Campechano fue símbolo de modernización y crecimiento, convirtiéndose en un referente de la transformación urbana y del intercambio comercial. Aunque con el tiempo su uso fue decayendo, su legado persiste en la memoria histórica de Campeche.

Hoy, a más de un siglo de distancia, se le recuerda como el "abuelo del Tren Maya", al sentar las bases de lo que hoy busca retomar el ambicioso proyecto ferroviario del sureste mexicano. La historia del Ferrocarril Campechano sigue siendo un testimonio del esfuerzo, visión y deseo de progreso de los campechanos del siglo pasado.