La escasez de coco en la Isla y el aumento en los costos de transporte están afectando directamente a los vendedores ambulantes, quienes han tenido que ajustar sus precios para mantener su fuente de ingresos. Cristian del Carmen Castro Pérez, vendedor con más de 15 años, explicó que los cocos ya no se producen localmente y deben ser traídos desde comunidades como San Antonio Cárdenas, Isla Aguada o incluso más lejos, lo que eleva su costo.
“Cada coco me lo venden a 20 pesos, así que tengo que subirle un poco para sacar ganancias. Hay personas que se quejan, pero otras entienden que todo ha subido, no sólo el salario mínimo”, comentó Castro Pérez, quien vende en la calle 24. A esto se suma que las reparaciones en el puente de la ciudad han vuelto más tardado y costoso el transporte del producto.
Castro Pérez también señaló que el crecimiento urbano ha influido en la escasez de palmas de coco porque Ciudad del Carmen era considerada una isla cocotera, pero al pasar por muchas zonas, ya no hay tantos árboles y los que hay no son cocoteros o en su caso no tienen el fruto porque sus dueños no les dan cuidado. “Antes había mucho coco aquí, pero ahora todo está urbanizado, la población crece y se ocupa el espacio, aunque se comprende, esta es una de las consecuencias de la escasez”, comentó.
Pese a las dificultades, el calor ha impulsado las ventas, alcanzando en días buenos hasta 120 cocos diarios, ya que en días habituales logra vender aproximadamente 60 cocos, los cuales tienen un precio de 40 pesos. Pero en temporadas más bajas lo que hace es sacarles provecho vendiendo el agua, pero también la “carnita”, que ofrece con limón, chile y sal.
Para el comerciante, además del sabor refrescante, el coco es altamente solicitado por sus propiedades beneficiosas para la salud, especialmente durante temporadas de enfermedades como el dengue y chikungunya, ya que según lo que algunos médicos recomiendan a sus pacientes es que consuman el agua de esta fruta, puesto que eleva las plaquetas.
Destacó que la mejor temporada para la venta de coco está entre marzo y agosto, aunque en diciembre se mantiene la actividad gracias a las vacaciones; sin embargo, invitó a quienes desean emprender a aprovechar eventos como el Paseo de la Virgen, donde todo mundo vende y se activa el comercio durante julio, ya que considera que “la tierra es bendita. Aquí, el que quiere y tiene ganas de trabajar, sale adelante”, finalizó.
