Desde el auge del palo de tinte, la copra, la pesca y más tarde la industria petrolera, Carmen ha sido un pilar económico nacional, pero también una comunidad marginada por el propio Estado Mexicano, consideró Deysi María Briceño Rosado, presidenta de Locatarios y Comerciantes Unidos de Ciudad del Carmen, al mencionar que la historia económica de la Isla ha sido de riqueza productiva, pero seguida por el abandono institucional y el “extractivismo”.
“Carmen ha sido el principal productor de la economía del país en distintos momentos de la historia. Pero los gobiernos federales nunca nos han dado el lugar que merecemos”, dijo, al recordar que antes de la llegada de Petróleos Mexicanos (PEMEX) a la Isla, la economía local florecía con la pesca del camarón, porque familias enteras vivían dignamente, los mercados se mantenían activos y la seguridad era parte del estilo de vida de la ciudad.
“Antes de que llegara PEMEX éramos felices, una ciudad tranquila, dormíamos con las puertas abiertas”, afirma con nostalgia, al señalar que con la llegada del petróleo las cosas cambiaron drásticamente, porque según Briceño Rosado, la promesa de bonanza se convirtió en despojo, pues la derrama económica no quedó en manos carmelitas, sino que se centralizó en foráneos que vinieron a enriquecerse y se marcharon dejando tras de sí una ciudad sumida en crisis y violencia.
“Mi abuela decía: ‘Pobre Ciudad del Carmen, nos vienen a saquear’, antes no lo entendía y pensaba que era cosa de ella, pero la verdad es que nos ofrecieron las perlas de la Virgen, cuando solo llegaron a traer a su gente, porque ¿cuántos originarios de este municipio trabajan en PEMEX? Muy pocos. Se lo han llevado todo siempre a otros lugares, y ahora estamos viviendo las consecuencias”, lamentó la dirigente.
El impacto de esta política extractiva se siente con fuerza hoy en día debido a que comerciantes del mercado y de cualquier otro punto de la ciudad reportan una caída drástica en la venta, incluso de productos de primera necesidad que han bajado la cantidad que se compra, porque simplemente a las familias no les alcanza.
Como carnicera, Briceño Rosado relata que puede tardar de dos a tres días en vender un cerdo, a pesar de que Carmen sigue etiquetada como zona petrolera.
Además, señaló que la deuda millonaria que PEMEX mantiene con las empresas contratistas ha provocado el colapso de decenas de negocios locales, así como el despido o la precarización de cientos de trabajadores, hombres y mujeres jefes de familia que hoy enfrentan una de las peores crisis económicas en la historia moderna de la Isla.
“Los carmelitas estamos padeciendo, y no solamente los empresarios. Son las familias, las madres que ya no pueden llevar el sustento diario; los jóvenes que carecen de oportunidades, los comerciantes que no saben si seguir abriendo sus puestos”, dijo.
Briceño Rosado hizo un llamado urgente al Gobierno Federal para que se reconozca el abandono histórico de Ciudad del Carmen y que se implementen políticas de reactivación económica que beneficien directamente a los habitantes, no únicamente a los grandes contratistas. También pidió que se deje de romantizar la relación con PEMEX y que se escuche la voz de quienes viven el verdadero saldo de décadas de saqueo y desatención.
Es importante recordar que los adeudos de PEMEX con empresas contratistas carmelitas rondan los 93 mil millones de pesos, lo que incluye subsidiarias, y según el Consejo Coordinador Empresarial de Carmen, solo había sido saldada la cuarta parte hasta marzo de este año.
JGH
