En un suceso que rozó la tragedia pero terminó en un auténtico milagro, un joven motociclista salvó su vida por escasos centímetros tras un impactante accidente ocurrido la tarde de este lunes en la colonia Benito Juárez.
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Cerca de las 12:30 p.m., Francisco, un joven de 23 años, conducía su motocicleta Italika gris por la avenida 10 de Julio, con dirección a La Puntilla. Su intención era recoger un pedido, como lo hacía todos los días, pero esta vez el destino tenía otro plan para él.
Según reportes oficiales, el exceso de velocidad con el que circulaba habría sido determinante. Al llegar a la curva que conecta con avenida Satélite, perdió el control y chocó contra el camellón central. La moto salió proyectada como una bala y terminó debajo de un tráiler de doble remolque Kenworth, color blanco, con placas 90-BB-9H, que tenía la preferencia en la vía.
El conductor del tráiler, proveniente de la Ciudad de México y con rumbo a Mérida, detuvo el vehículo pesado de inmediato, pero ya era demasiado tarde para salvar la motocicleta, que quedó completamente destruida. Francisco, sin embargo, fue arrojado violentamente contra el pavimento, justo en el punto donde, días antes, otro motociclista había perdido la vida.
La escena fue espeluznante: el joven quedó tendido sobre la cal esparcida por las autoridades, utilizada días antes para absorber la sangre del anterior accidente. Cubierto de polvo blanco, con los brazos ensangrentados y una posible fractura en la clavícula, parecía más un espectro que un sobreviviente.
Los servicios de emergencia llegaron rápidamente. Paramédicos de Protección Civil le brindaron primeros auxilios antes de trasladarlo de urgencia a un hospital cercano. A pesar de la gravedad del accidente, su estado fue reportado como estable. “Sentí que volví a nacer”, alcanzó a decir Francisco antes de ser subido a la ambulancia.
Mientras tanto, el conductor del tráiler, afectado pero sereno, declaró que no presentaría cargos ni exigiría reparación por los daños materiales. “Lo importante es que el muchacho está vivo”, expresó con alivio y resignación.
Elementos de la Dirección de Seguridad Pública y peritos de Tránsito tomaron control de la escena, iniciando el peritaje correspondiente. Las maniobras para retirar los restos de la motocicleta tardaron varios minutos, generando congestión vehicular en la zona.
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El caso de Francisco se suma a la creciente lista de accidentes en esta transitada avenida, pero este lunes, entre los restos de metal y cal en el asfalto, el saldo fue un milagro: un joven que vivirá para contar la historia que casi lo convierte en una estadística más.
JGH
