La libertad de expresión en el mundo cayó 10 por ciento entre 2012 y 2024, según un nuevo análisis de la Unesco, un deterioro comparable con los periodos más tensos del siglo XX: la Primera Guerra Mundial, el ascenso de los totalitarismos previos a la Segunda Guerra Mundial y los años más duros de la Guerra Fría en la década de 1970.
El informe, titulado “Tendencias mundiales, periodismo: configurando un mundo en paz 2022/2025”, vincula este retroceso con un ecosistema mediático cada vez más hostil para periodistas y medios: crece la autocensura, se debilitan parlamentos y poderes judiciales, se desploma la confianza pública y se profundiza la polarización.
La Unesco subraya además que el dominio de las grandes plataformas tecnológicas ha creado un terreno fértil para el discurso de odio y la desinformación, al tiempo que la irrupción de la inteligencia artificial generativa ha acelerado la crisis de credibilidad y de valor de los medios tradicionales.
Más asesinatos, más amenazas y más autocensura contra periodistas
El organismo advierte que el deterioro de la libertad de expresión está directamente ligado a un contexto cada vez más peligroso para el ejercicio del periodismo.
Entre 2022 y 2025 fueron asesinados 185 periodistas, un incremento del 67 por ciento respecto al cuatrienio anterior. Solo en 2025 se registraron 91 homicidios, de los cuales el 41 por ciento fueron ataques intencionales. La impunidad sigue siendo la regla: hasta 2024, en el 85 por ciento de los casos no hubo condenas contra los responsables.
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La autocensura también se dispara: crece casi 5 por ciento cada año y, acumulada entre 2012 y 2024, alcanza un aumento de 63 por ciento. Esto implica que un número creciente de reporteros evita investigar temas como corrupción, crimen organizado o violaciones de derechos humanos por miedo a represalias.
El informe resalta además el aumento de la vigilancia digital, de las leyes restrictivas y del acoso judicial mediante demandas abusivas, lo que dificulta en particular el trabajo de medios independientes. Los periodistas especializados en medio ambiente figuran entre los más vulnerables: desde 2010 han sido asesinados 46 y se han documentado 749 ataques de diversa índole.
América Latina, periodismo bajo fuego y democracias en retroceso
La Unesco pone especial atención en Latinoamérica y el Caribe, donde ejercer el periodismo se ha vuelto cada vez más riesgoso. El informe recuerda que, solo entre 2018 y 2024, casi mil periodistas fueron desplazados de forma forzada, con menciones específicas a países como México por la gravedad de la violencia.
El deterioro de la libertad de expresión se da en paralelo con una contracción global de la democracia: por primera vez en dos décadas, los regímenes autocráticos superan en número a las democracias, y el 72 por ciento de la población mundial vive bajo gobiernos no democráticos, el nivel más alto desde 1978.
Catalina Botero, presidenta de la Cátedra Unesco de Libertad de Expresión de la Universidad de los Andes, advirtió que el destino de la libertad de expresión está directamente ligado al de la democracia.
Cuando las campañas de desinformación erosionan las fuentes tradicionales —como el periodismo profesional—, se rompe la base de cualquier conversación democrática: un mínimo de hechos compartidos.
El reporte concluye que, sin garantías reales para la libertad de expresión y la seguridad de periodistas, resulta cada vez más difícil imaginar sociedades informadas, pluralidad de voces y democracias sólidas.
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