La Corte Suprema de Estados Unidos propinó un revés relevante a la estrategia migratoria del presidente Donald Trump al bloquear el despliegue de tropas de la Guardia Nacional en Chicago, una de las principales ciudades gobernadas por demócratas y con alta visibilidad en el debate migratorio.
La administración federal había solicitado una autorización de emergencia para movilizar fuerzas militares bajo el argumento de que era necesario proteger instalaciones federales y a agentes de inmigración frente a protestas crecientes.
Sin embargo, el máximo tribunal concluyó que la Casa Blanca no acreditó los requisitos legales para federalizar a la Guardia Nacional.
Corte Suprema fija límites al poder presidencial
En una orden no firmada, la Corte —integrada por una mayoría conservadora de seis votos contra tres— rechazó la petición presentada por el procurador general, John Sauer, quien sostuvo que los agentes federales enfrentaban “amenazas constantes” durante operativos migratorios.
Para la mayoría de los magistrados, la administración no demostró que las autoridades civiles fueran incapaces de hacer cumplir la ley, condición indispensable para justificar la activación federal de la Guardia Nacional conforme a la legislación vigente.
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Los tres jueces disidentes consideraron, en contraste, que la situación sí ameritaba apoyo militar ante presuntas fallas en el control del orden público.
Un revés político y jurídico para Trump
La resolución representa un golpe poco común para Trump, quien desde su regreso a la Casa Blanca había acumulado decisiones favorables en el máximo tribunal. Además, frena su intención de reforzar el control federal en ciudades gobernadas por demócratas, tras intentos similares en Los Ángeles, Washington y Memphis.
En el caso específico de Chicago, tribunales inferiores ya habían rechazado la medida. Incluso, la jueza federal April Perry señaló previamente que no existían pruebas creíbles que respaldaran la necesidad de una intervención militar.
Reacciones en Illinois y Chicago
El gobernador de Illinois, JB Pritzker, calificó el fallo como un freno necesario a lo que describió como un abuso de poder federal, mientras que autoridades de Chicago reiteraron que la presencia de tropas no resolvería las tensiones generadas por la política migratoria.
Aunque la Casa Blanca afirmó que el presidente “sigue comprometido con la protección del público”, alrededor de 300 efectivos de la Guardia Nacional en Illinois permanecen sin autorización para operar, a la espera de una definición legal definitiva.
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