
El Papa Francisco continúa en recuperación tras la grave infección respiratoria que lo mantuvo hospitalizado durante 38 días en el Hospital Gemelli de Roma.
A pesar de su estado de salud, no se descartaba su presencia en una de las ceremonias más significativas de la Semana Santa: la misa del Jueves Santo en la cárcel Regina Coeli.
El pontífice no participó en la misa Crismal celebrada en la basílica de San Pedro, que marca el inicio del Triduo Pascual.
En su lugar, la eucaristía fue presidida por el cardenal Domenico Calcagno. No obstante, fuentes cercanas al Vaticano revelaron que Francisco podría asistir, de forma privada, a la ceremonia vespertina en el centro penitenciario ubicado en el barrio de Trastevere.
La visita, que incluiría el tradicional rito del lavado de pies a los internos, aún no ha sido confirmada oficialmente.
Voceros del Vaticano indicaron que cualquier aparición pública del papa dependerá estrictamente de su evolución médica. Cabe recordar que esta tradición de visitar cárceles en Semana Santa ha sido una constante desde el inicio de su pontificado.
En 2018, el papa ya estuvo en esta misma prisión, donde lavó los pies a doce reclusos, incluidos tres mujeres. A pesar de su frágil estado físico, Francisco ha dejado claro que no desea apartarse de estos gestos pastorales.
El miércoles, el sumo pontífice recibió al personal médico del hospital Gemelli para agradecerles la atención brindada durante su hospitalización. Aunque ha delegado en cardenales muchas de las celebraciones litúrgicas, los textos de las meditaciones del tradicional Vía Crucis fueron redactados por él.
La incógnita persiste sobre su posible presencia el Domingo de Resurrección para impartir la bendición “Urbi et Orbi” desde la logia central del Vaticano. El Vaticano mantiene en reserva esta información hasta nuevo aviso.
IO