El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dejó abierta la posibilidad de lanzar una ofensiva militar contra Irán, en medio de una creciente tensión en Medio Oriente y tras una serie de bombardeos israelíes sobre instalaciones nucleares iraníes.
"Puede que lo haga. Puede que no lo haga. Nadie sabe lo que voy a hacer", declaró el mandatario ante la prensa desde la Casa Blanca.
La ambigüedad de Trump se suma a su reciente salida anticipada de la Cumbre del G7 en Canadá, donde abandonó las reuniones para regresar a Washington y reunirse con su Consejo de Seguridad Nacional.
El objetivo del encuentro fue evaluar si Estados Unidos debe unirse a los ataques israelíes contra Irán, en respuesta al programa nuclear del país islámico.
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Según el presidente estadounidense, se dio a Irán un plazo de 60 días para negociar un nuevo acuerdo nuclear.
Sin embargo, al no recibir respuesta, Israel inició ataques directos al cumplirse el plazo. "Irán tiene muchos problemas y quiere negociar. Si lo hubieran hecho antes, todo sería distinto", afirmó.
Trump también explicó el mensaje que publicó días atrás en redes sociales, en el que exigía la “rendición incondicional” de Teherán.
Señaló que esperaba que el régimen iraní “llegue al punto de decir ‘ya no aguanto más, me rindo’”.
Criticó además la retórica del régimen iraní: “Durante 40 años han dicho ‘Muerte a Estados Unidos’. Han sido matones de patio de colegio. Ya no lo son, pero veremos qué pasa”, concluyó.
Estas declaraciones reavivan los temores sobre una posible intervención militar directa de Estados Unidos, lo que podría escalar el conflicto regional a un nuevo nivel de confrontación internacional.
