De los más de mil 200 millones de pesos que el Consejo de Promoción Turística de Quintana Roo destinará a la difusión del estado en el 2026, ni un peso será asignado al sur, confirmaron representantes de sectores productivos.
Esta decisión fue calificada como discriminatoria, centralista y contraria al discurso gubernamental de desarrollo equilibrado.
La mayor parte del presupuesto —financiado en gran medida con el cobro del impuesto al hospedaje— se concentrará nuevamente en los destinos consolidados del norte, principalmente Cancún, Riviera Maya y Tulum, que ya cuentan con fuerte conectividad aérea, altos niveles de ocupación y una presencia constante en mercados internacionales. En contraste, la zona sur no recibirá recursos para ninguna campaña institucional.
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Empresarios de Chetumal, Bacalar y Felipe Carrillo Puerto advirtieron que esta determinación profundiza la desigualdad económica regional, al negar herramientas de promoción a una franja del estado que desde hace años enfrenta atraso en infraestructura aérea, inversión privada y flujo de visitantes.
“Se nos exige competir, pero sin publicidad, ferias, ni campañas; es una competencia absolutamente desigual”, señaló un integrante del sector hotelero.
Por su parte, el presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) explicó que este organismo administrará en el 2026 un monto de mil 200 millones de pesos y de esa cifra nada se destina al sur. “Todo se queda en el norte, como si existiera un rechazo o aversión hacia la zona sur”, afirmó.
“Se ha buscado que las autoridades estatales intervengan, pero ha sido inútil. No hay asignación de recursos para el sur, a pesar de que la ley lo contempla”, lamentó el dirigente empresarial.
El representante agregó que persiste una evidente actitud de menosprecio hacia Chetumal, Bacalar, José María Morelos y Felipe Carrillo Puerto, lo que continúa afectando su desarrollo turístico.
Este reclamo no es menor. Aunque el sur aporta al fondo estatal de promoción mediante impuestos y tarifas, no recibe ningún retorno en materia de difusión turística. Esto ha generado molestia entre restauranteros, agencias de viaje, prestadores de servicios y pequeños inversionistas, quienes ven limitadas sus posibilidades de crecimiento.
Ciudadanos señalan que apostar nuevamente al modelo de sol, playa y turismo masivo aumenta la vulnerabilidad económica del estado, al depender de pocos destinos y mercados internacionales altamente sensibles al clima, crisis sanitarias o a periodos de recesión.
La exclusión del sur en la estrategia del 2026 también implica perder la oportunidad de diversificar la oferta turística mediante selvas, lagunas, turismo comunitario, manifestaciones culturales y zonas arqueológicas.
Hasta ahora, el Consejo no ha dado una explicación pública clara sobre las razones por las cuales la región sur quedó fuera del presupuesto. Sectores productivos confirmaron que la política turística estatal sigue diseñada desde y para el norte.
