Un hombre que funge como mentor al interior de la Iglesia Adventista del Séptimo Día en la ciudad de Chetumal, fue señalado de manera anónima por una de las menores que ha sido víctima de acoso sexual por parte de este sujeto que se vende ante la comunidad religiosa como un líder espiritual, sin embargo, abusa de su posición para acercarse a menores de edad con segundas intenciones.
De acuerdo con la denuncia interpuesta ante la Fiscalía General del Estado (FGE), los hechos tuvieron lugar al interior de la Iglesia Adventista del Séptimo Día ubicada sobre la avenida Álvaro Obregón entre 05 de mayo y Miguel Hidalgo de la colonia Centro.
En ese sentido, se indicó que el señalado es una persona que cuenta con autoridad dentro de la comunidad religiosa de dicha iglesia, por lo que se aprovecha de esta para acercarse a sus víctimas, y se presume que el caso señalado no sería el único de acoso sexual que ha cometido.
Al respecto, se sabe que la adolescente que señaló a su acosador ha sido incomodada, manipulada y asustada por parte del sujeto en cuestión, quien fue identificado con las iniciales H.C., de modo que pasó tiempo callando la situación de la que estaba siendo víctima, por temor a represalias del supuesto guía espiritual; según dieron a conocer algunos familiares cercanos, quienes notaron cambios en el estado de ánimo de la menor.
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“Mi prima estaba decaída. Pensamos que era cosa de la edad, pero luego tuvo el valor de contarlo; lo que vive no es tristeza, es miedo”, indicó una prima de la afectada.
Entre las actitudes que el hombre ha tenido con la adolescente se encuentran comentarios fuera de lugar, enviarle mensajes en un horario fuera de lo común con segundas intenciones, dedicarle canciones con contenido inapropiado o sugerente, al grado de intentar tocar sus partes íntimas cuando se encuentra cerca de ella en las actividades que se realizan al interior del recinto religioso.
De acuerdo con el testimonio de la jovencita, ella no sería la única que se encuentra en dicha situación, siendo este uno de los motivos por los que decidió confesar lo que pasaba.
Sin embargo, en lo que a las autoridades respecta, la familia de la joven aún no ha tenido una respuesta sobre la denuncia, aunque temen que se busque proteger la imagen del agresor, como suele ocurrir cuando se trata de personas que tienen nexos con la religión.
