Las ruinas arqueológicas de Kulubá son un sitio extraordinario lleno de misticismo. Sus grandes palacios echan a volar la imaginación de quien los visita y se preguntan cómo era la vida en este complejo construido por los mayas.
“Kulubá sigue siendo un misterio para propios y extraños, es un sitio arqueológico poco visitado por turistas; sin embargo, el lugar está lleno de historias y misticismo, por lo que es digno de ser recorrido por aquellos exploradores que se fascinan por la cultura maya, pero también para aquellos que gustan de vivir nuevas experiencias y aventuras”, explicó Julián Cuxim, uno de los pobladores que conoce los senderos que conducen a los lugares que aún desconoce la gente.
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El recorrido sale del rancho Kulubá, donde existe un pequeño museo donde se guardan varias piezas de piedra finamente talladas. En ella existe una bitácora de visitas en un horario de 8:00 a 17:00 horas; la gente que acude mayormente conoce el Templo de los Mascarones, que es la construcción principal de todas.
“En la espesa vegetación se guarda lo poco conocido por los visitantes, y para ello se requiere de una persona que se sepa el lugar o de lo contrario uno puede extraviarse en el monte”, señaló Julián.
Entre las novedades más destacadas se encuentra la restauración del Palacio de Gobernantes y Sacerdotes, una construcción que mide 55 metros de largo, 15 de ancho y 6 de alto, y que consta de seis cámaras. Este edificio se ubica al Oriente de la plaza principal del Grupo C. Gracias a la liberación y reconocimiento del basamento, las escalinatas y una crujía con pilastras en la parte superior, que posiblemente fue utilizada por la élite local, el arqueólogo Alfredo Barrera Rubio lo describe como una estructura voluminosa.
Los vestigios materiales sugieren que tuvo dos fases de ocupación: una durante el período Clásico Tardío (600-900 d.C.) y otra en el Clásico Terminal (850-1050 d.C.). Kulubá es un sitio poco explorado, pues en lo más recóndito del lugar, cubierto por enormes árboles, aún existen misterios que no han salido a la luz.
