
La ambientalista Elizabeth Sánchez Domínguez exhortó a no cazar venados en la temporada de junio a noviembre, ya que se encuentran en período de reproducción, expresando la importancia de que se preserve esta especie y de que las personas no se conviertan en cazadores furtivos.
Señaló que al fomentar la caza ilegal de esta especie estamos atentando contra el medio ambiente, ya que muchos de estos ejemplares viajan varios kilómetros para poder favorecer el equilibrio de los ecosistemas.
Mencionó que normalmente siempre que empiezan a caer las primeras lluvias es cuando comienzan a nacer muchos animalitos, entre ellos el venado cola blanca, pues las hembras preñadas paren entre junio y julio.

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Explicó que el rol que el venado cola blanca desempeña en el ecosistema es fundamental, ya que al ser un herbívoro tiene como fin dispersar semillas, así como promover el crecimiento de pastos y forrajes que son necesarios para el medio ambiente.
Enfatizó que la importancia de esta especie es primordial, y que la caza de venados está prohibida por la ley para proteger la vida silvestre, mantener el equilibrio ecológico y prevenir la caza furtiva, que puede poner en peligro de extinción a estas especies.
Añadió que para evitar la caza ilegal de animales se necesitan acciones a nivel individual, comunitario y de gobierno.
A nivel individual recomendó reducir la demanda de productos de vida silvestre y apoyar a organizaciones que trabajan en su conservación; de manera comunitaria se puede impulsar la educación ambiental y la participación en iniciativas locales; mientras las acciones por parte del gobierno requieren una aplicación estricta de la ley, la protección de áreas naturales y la cooperación internacional.
Externó que resulta alentador que incluso en las áreas de los montes donde los hombres de campo acostumbrar acudir a tirar venados, como le denominan a esta actividad, ya empiezan a tomar conciencia, colocando letreros en los que se plasma “Prohibido cazar” sabiendo que esta especie debiera estar en periodo de veda para su adecuada reproducción y protegerlos, en especial a sus crías que se encuentran en su etapa más vulnerable.
Incluso mencionó que genera satisfacción que entre varios cazadores ya comparten la ideología de que si la cacería se realiza de manera responsable coadyuva a la preservación de especies.