Para los amantes de la naturaleza y la fotografía de vida silvestre, lograr encontrar a la biznaga pol tsakam (Mammillaria gaumeri) se ha vuelto una misión complicada. A medida que el tiempo avanza y los desarrollos inmobiliarios ganan terreno a las dunas de la costa norte de Yucatán, la presencia de esta especie disminuye.
Se trata de un cactus con forma de globo, que puede alcanzar hasta 12 centímetros de altura y cinco de diámetro. Sus flores son pequeñas, miden unos 20 milímetros, presentan un color amarillento y son visitadas por insectos, quienes las polinizan.
Además de la expansión urbana, una de sus principales amenazas, la biznaga se extrae de su ambiente para la venta no regulada. Los ejemplares de mayor tamaño y atractivos son cortados, situación que limita su reproducción natural.
Otro de los peligros potenciales para la conservación de la especie, son los huracanes, fenómenos meteorológicos que se han intensificado ante el cambio climático, y que causan gran destrucción a su paso.
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La extinción acecha a la biznaga
La Norma Oficial Mexicana NOM-059-SEMARNAT-2010, clasifica a la especie como en Peligro de Extinción, debido a las múltiples amenazas a las que se encuentra expuesta en el medio natural.
De acuerdo con el Código Penal Federal, poseer, transportar o acopiar ejemplares de biznaga, representa un delito cuya sanción equivale a penas de uno a nueve años prisión, y multas de trescientos a tres mil días.
Sin embargo, existen agravantes en caso de que las conductas ilícitas hayan sido cometidas al interior de un Área Natural Protegida, o cuando hayan sido realizadas con fines comerciales. En ese caso se contemplan penas de tres años más de prisión y hasta mil días de multa adicionales.
