
Con el inicio del otoño, el descenso de las temperaturas se hace presente en diversas regiones de la parte norte del continente americano. Una vez que los árboles comienzan a perder cobertura debido a la caída de sus hojas, las aves migratorias reciben las primeras alertas para emprender un viaje kilométrico hacia el sur, en la búsqueda de mejores condiciones.
La cercanía del invierno no solo representa tener que enfrentar un ambiente gélido, sino también la reducción de las fuentes de alimento. Por esta razón, los emplumados, deciden emprender vuelos durante prolongados periodos de tiempo, para alcanzar zonas que les servirán como refugio por algunos meses.
En ese sentido, la noche del pasado jueves 25 de septiembre, el proyecto BirdCast del Cornell Lab of Ornithology, registró un extraordinario evento, que marcó un nuevo récord y que con anterioridad solo había ocurrido en una ocasión (octubre de 2023). Se trató del registro de 1,200 millones de aves que fueron detectadas gracias a radares meteorológicos de Estados Unidos.
Cabe destacar que, en comparativa con el evento de 2023, la reciente noche de los mil millones de pájaros, vivió un aumento que representó la mayor noche de migración de aves jamás registrada por BirdCast. Este fenómeno, monitoreado con 160 radares, es uno de los viajes más grandes de la Tierra.
¿Qué papel desempeña Yucatán en la migración de aves?
La Península de Yucatán se ubica dentro de la ruta de migración de muchas aves, que aprovechan los ecosistemas de la región como refugio y sitios de alimentación. Es por eso que a nivel estado, pueden observarse diversas especies como el colorín siete colores o mariposo (Passerina ciris), el colorín azul (Passerina cyanea) y el azulejo picogordo (Passerina caerulea), por mencionar algunos.
Especies en riesgo
Desafortunadamente, en la Península de Yucatán, las diversas especies se encuentran expuestas a amenazas como la caza furtiva. Los llamados "tramperos", capturan a las aves con el uso de boca-trampas, que permiten a los ejemplares ingresar atraídos por el alimento, pero sin tener la posibilidad de salir.
Esta práctica, ampliamente normalizada en la región, mediante la que se busca lucrar con la fauna silvestre de manera ilegal, afecta seriamente a los emplumados silvestres. Por esta razón, organizaciones locales y ciudadanía han solicitado a las autoridades implementar una veda con el objetivo de evitar más capturas, así como una probable extinción local.