En Yucatán se registran una mordedura de perro cada dos horas. La alta incidencia de esos casos es un tema de preocupación, el año pasado se contabilizaron 4 mil 430, lo que colocó a la entidad en el octavo lugar nacional en este tipo de incidentes.
Según el director de Medio Ambiente y Bienestar Animal, Raúl Escalante, hasta abril se tuvo registro de mil 712 personas lesionadas por mordeduras en Yucatán, con un promedio de 15 casos diarios. Esa cifra superó a las del mismo periodo en años anteriores.
De los casos registrados este año 906 corresponden a hombres y 806 a mujeres, datos que muestran una ligera mayor afectación en la población masculina. Según el activista, las mordeduras de perros ocurren por la falta de un control estricto que permita registrar a las mascotas y contar con la cartilla de vacunación al día.
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En muchos casos se trata de animales comunitarios, o sea, son alimentados por varias personas, pero que carecen de un responsable legal. Por eso urge establecer una regulación que permita acreditar la propiedad o custodia de cada mascota, para actuar de manera adecuada ante cualquier incidente.
Tener mascotas es para muchos una buena experiencia, pero también implica responsabilidades, sobre todo en casos como las mordeduras. Ante esta situación, que puede presentarse en cualquier momento, Raúl Escalante indicó que lo primero que debe hacerse es reportar el incidente al 070.
La mordedura constituye una falta al reglamento y podría derivar en una multa administrativa por parte del Ayuntamiento. Es importante comunicarse al 911, que opera las 24 horas, a diferencia del 070, que funciona únicamente en horario administrativo.
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El funcionario destacó que el 911 tiene la obligación de atender esos reportes, así que es importante hacer ambas llamadas (al 911 y 070), para que se imponga la sanción correspondiente y los jueces puedan intervenir en caso de requerirse un acuerdo o atención médica para la persona afectada.
Respecto al protocolo con los animales que hayan mordido a una persona, explicó que el personal del 911 se encarga de trasladarlos al Centro Municipal de Control y Bienestar Animal (Cemma), donde se mantienen bajo observación.
Si se determina que el animal no representa un riesgo legal o de salud, se devuelve a sus dueños. En caso de detectarse alguna anomalía, el perro es enviado al Centro Estatal de Manejo Animal (CEMA), donde se le somete a pruebas de agresividad y enfermedades.
Según el resultado, puede permanecer en observación o ingresar a un protocolo de eutanasia humanitaria. Se hace un monitoreo constante, se trabaja en coordinación con la Secretaría de Salud y autoridades federales, se siguen los protocolos establecidos. Indicó que el Ayuntamiento cuenta con manuales y contenedores para la toma de muestras, las cuales son enviadas a dicha dependencia.
