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Yucatán

Recuerdan el milagro de un fraile al evitar que un municipio de Yucatán muriera de hambre

El municipio de Tekit es sede de una leyenda luego de que San Antonio de Padua socorriera a la población.
Habitantes relatan cómo San Antonio Padua socorrió y evitó que la población muriera de hambre
Habitantes relatan cómo San Antonio Padua socorrió y evitó que la población muriera de hambre / Iván Borges

Una de las leyendas más antiguas y representativas de la villa de Tekit, ubicada al Sur de la entidad, relata un suceso en el que San Antonio de Padua se apareció ante la afligida población para socorrerla.

Los pobladores transmiten, como un eco místico, los detalles de este milagro, cuyo relato se ha preservado a lo largo de los años. Aunque la temporalidad exacta de los hechos se ha perdido, se sabe que ocurrió hace muchos años, cuando la escasez de maíz, consecuencia de duras sequías, amenazaba con devastar a la comunidad, llevándola al borde del hambre y la desesperación. Este relato forma parte esencial de la rica tradición oral de la localidad, y su preservación ha sido transmitida por generaciones.

Un monumento de piedra, ubicado entre el atrio de la iglesia y la plaza principal, conmemora este suceso que ha quedado grabado en la memoria colectiva como una de las leyendas más queridas. Simboliza la intercesión de San Antonio, así como la fe y devoción especial que la comunidad ha profesado hacia él.

La iglesia es la casa más grande de la plaza principal de Tekit
La iglesia es la casa más grande de la plaza principal de Tekit / Iván Borges

Esta leyenda popular es de conocimiento general, y uno de sus más destacados comentarios proviene de Ramón Canché, quien fue el custodio principal de la venerada imagen de San Antonio en la villa de Tekit. Él compartió lo siguiente: “Es un relato que nuestros abuelos decían que de verdad ocurrió, cuando, a causa de una fuerte sequía, escaseó el maíz y la gente no tenía qué comer. Todos iban a la iglesia a pedir ayuda, porque la estaban pasando mal. Fue entonces que, por el amor y la súplica del pueblo, el milagro se cumplió. El santo bajó de su altar y dicen que visitó otras comunidades en busca de maíz para que las familias pudieran alimentarse”.

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En medio de tantas penurias, se dice que un fraile franciscano con hábito azul, rodeado de luz, salió de la iglesia y tomó rumbo por uno de los caminos. Algunos pobladores aseguraron que se dirigió a Sotuta, otros que a Mayapán, para pedirles a los productores de maíz que vinieran a Tekit, pues la gente ya no tenía qué comer.

Según los relatos, el fraile se presentó como Antonio y afirmó que vivía en la casa más grande de la plaza principal. Al día siguiente, los milperos de Sotuta y Mayapán llegaron a Tekit cargados de maíz, y lo repartieron entre la gente, tal como el misterioso ser les había pedido.

Al investigar sobre su identidad, los pobladores se dieron cuenta de que se trataba de San Antonio de Padua, un franciscano que habitaba la iglesia, la casa más grande de la plaza.

Se le nombró como patrono titular de la comunidad y lleva casi cinco siglos de protección sobre la Capital de la guayabera
Se le nombró como patrono titular de la comunidad y lleva casi cinco siglos de protección sobre la Capital de la guayabera / Iván Borges

San Antonio de Padua está presente en Tekit desde mediados del siglo XVI, cuando los frailes franciscanos llegaron a este antiguo asentamiento maya para evangelizar y establecer la doctrina. Ante estos avances espirituales, se le nombró como patrono titular del pueblo. De esta manera, lleva casi cinco siglos de protección y patrocinio sobre esta villa.

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Este suceso milagroso, aunque ocurrió hace muchos años, permanece en la memoria colectiva de los habitantes de Tekit, quienes sienten un especial orgullo por ser una localidad privilegiada, bajo la protección y la intercesión de su santo patrono. San Antonio de Padua, quien, en un acto de compasión, descendió de su altar para socorrer a su comunidad en su hora de necesidad, sigue siendo el símbolo de fe que une a este pueblo.

La devoción hacia San Antonio en Tekit es resultado de la primera evangelización llevada a cabo por los frailes franciscanos, quienes establecieron a este santo (originario de su propia orden) como protector de diversas comunidades de la península. Así, la Capital de la guayabera es conocida como el pueblo de San Antonio de Padua, un título que honra tanto su historia como su fe.

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