
Las exhaciendas San Rafael y Sodzil son algunas de las estructuras arquitectónicas coloniales que se encuentran abandonadas, incluso sus techos ya se desplomaron, y algunos de los propietarios, como la familia Patrón Labiaday, no tienen planes de rescate, según informaron pobladores del municipio.

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Aseguran que en esta misma situación se encuentran San Rafael, Sodzil, Chunkanán, Cacab, San Juan, San José, Humpezkín, Cholul y Montebello, lo que pone en riesgo el patrimonio e identidad de la región. Pese a los constantes llamados y solicitudes, hasta ahora ninguna autoridad ha anunciado un plan de rescate para estos inmuebles.
Cabe mencionar que la mayoría de las exhaciendas no cuentan con la atención debida ni el mantenimiento necesario, a pesar de ser estructuras antiguas con valor histórico.
Sin embargo, hay casos destacados, como Santa Rita la Chiripa, propiedad de Malena Montero Pacheco, quien junto con su finado esposo Raúl Espadas, dedicó gran parte de su vida a conservar y restaurar la hacienda desde 1999.

La familia Espadas Montero, conformada por Raúl, Héctor y Malenita, ha continuado con la conservación de la propiedad, promoviendo actividades productivas, recreativas y deportivas para mantenerla en buen estado.
Otro ejemplo histórico es la hacienda Blanca Flor, edificada a finales del siglo XVI por el fraile Pedro Peña Maese, de la orden franciscana, con el objetivo de servir como claustro para los evangelizadores de la región.

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En 1843, durante la Guerra de Castas, la hacienda Blanca Flor se convirtió en cementerio de sus moradores, luego de que los pobladores mayas les cortaran todo avituallamiento.
Para 1865, la emperatriz Carlota Amalia, esposa de Maximiliano de Habsburgo, se alojó en este lugar durante su viaje por la Península.
JGH