
La familia Kú Cauich del pueblo maya de El Poste, como agradecimiento a Dios por las buenas cosechas en sus milpas, ofreció el ritual maya del “Hanl-icool” o “Pan de milpa”, mismo que estuvo a cargo del sacerdote maya o men Antonio Poot Chan, originario de la comunidad de Chunyaxnic.
El productor de maíz de esa comunidad, Alfonso Kú Ceh, este sábado antes del mediodía ofreció junto con su familia el ritual maya del “Hanli Cool”, como agradecimiento a los dioses del monte por las buenas cosechas que obtuvo en el ciclo de siembra primavera-verano 2024, esto en víspera de la próxima siembra del grano para el presente ciclo de producción.
Ese ritual estuvo a cargo del sacerdote maya o X'men Antonio Poot Chan originario de la comunidad de Chunyaxnic, y agradeció las bondades de la tierra que le permitieron obtener buena cosecha de maíz a don Alfonso.
Kú Ceh indicó que lleva ocho años en realizar ese ritual y sigue la tradición de sus suegros quienes siempre agradecieron en su momento a los dioses del monte, e indicó que él trabaja 20 hectáreas de tierras mecanizadas y las bendiciones han caído sobre sus tierras y le han permitido obtener buenas cosechas de maíz año con año.

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También dijo que tiene dos apiarios y sus colmenas de abejas también le han dado buena producción de miel, y como parte de su agradecimiento a Dios es igual lo bien que le ha ido como apicultor.
Para esa ofrenda maya, Alfonso sacrificó cuatro pavos, una pava y ocho pollos, aves que fueron criadas en su traspatio y fueron ofrecidas para la ofrenda desde que las mismas eran pequeñas.
El encargado del ritual maya también clamó por la salud de la familia de don Alfonso y realizó todos los procedimientos de esa ofrenda o del diezmo hacia los dioses del campo y de los animales, y del Dios propio, tal como acostumbran en los pueblos mayas por dedicarse a actividades propias del campo, pues al recibir bendiciones y beneficios, de alguna forma u otra manera tienen que retribuir a los dioses parte de lo logrado.
Integrantes de la familia y amigos participaron en ese rito maya, y señalaron que con esa ofrenda ancestral también se pide a los dioses protegerlos de accidentes en los montes y milpas, así como de los malos aires que en ocasiones se incrustan en el cuerpo humano; se agradeció también a Dios por la cosecha obtenida, y por la próxima siembra.