El uso de medios digitales y la inteligencia artificial han demostrado que pueden estar en contra de las fuentes de empleo; la muestra es que la sucursal bancaria HSBC de la calle 24 cerró el pasado 12 de este mes, dejando únicamente en operación la oficina situada junto al helipuerto. Clientes de esta empresa consideran que, aunque se debe a las condiciones actuales de atención, podría ser también porque es considerado como “el peor banco del mundo”.
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A seis días del cierre definitivo, el antiguo edificio —primero Banco Bital y rebautizado como HSBC en 2002— luce completamente abandonado, con un vigilante en su interior y restos de mobiliario por doquier, provocando nostalgia entre quienes lo recuerdan como un punto emblemático del Centro y sorpresa entre quienes desconocían que ya no funciona.
Desde inicios del año, la institución financiera había adelantado que aplicaría una reestructuración global a partir del 1 de enero, dividiendo sus operaciones en cinco regiones y cuatro unidades de negocio. Aunque lo presentó como una modernización corporativa, en la práctica busca reducir a un tercio los costos operativos y enfocarse únicamente en los mercados que generan mayor rentabilidad.
Según la señora María Magdalena Sánchez Domínguez, fue una gran sorpresa llegar a hacer un trámite y ver que ya no funciona. En su experiencia, el banco tenía problemas de atención a los usuarios; como adulta mayor se le dificulta el acceso por teléfono e Internet, mientras que los ejecutivos le señalaban que había cosas que debía hacer de forma virtual o telefónica, lo que le generó problemas para el manejo de su cuenta.
Así como la señora María Magdalena, muchos carmelitas consideran que el mensaje es claro: Ciudad del Carmen dejó de ser prioridad para HSBC, porque la combinación del mal servicio a los cuentahabientes y la prolongada caída económica de la Isla habría llevado al banco a disminuir su presencia de manera gradual, hasta quedar con una sola sucursal para atender a un número cada vez menor de clientes.
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En la manta informativa colocada en la sucursal cerrada se lee: “Seguimos cerca de ti y queremos comunicarte que esta sucursal 306 cerrará de forma permanente”. Pero para los habitantes del Centro, especialmente quienes durante décadas acudieron a la sucursal de la calle 24, la realidad es totalmente distinta: HSBC no está “más cerca”, simplemente se fue más lejos, alejándose también de la comunidad a la que durante años dijo servir.
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