El expresidente de Bolivia, Luis Arce, fue detenido este miércoles en el barrio de Sopocachi, en La Paz, y trasladado a dependencias policiales, en medio de una investigación por presunta corrupción.
La información fue confirmada por su exministra de Presidencia, María Nela Prada, quien aseguró que el exmandatario fue llevado a instalaciones de la Fuerza Especial de Lucha contra el Crimen (Felcc).
En un video difundido en redes sociales, Prada denunció que Arce habría sido “secuestrado” y habló de un procedimiento “totalmente ilegal”, al señalar que no se le habría notificado previamente ni citado a declarar antes de la aprehensión. La policía boliviana no había ofrecido, hasta el momento, una versión pública detallada sobre el operativo.
La detención se produce apenas un mes después de que Arce concluyera su mandato y entregara el poder al nuevo presidente, el centrista Rodrigo Paz, con lo que se puso fin a casi dos décadas de hegemonía del Movimiento al Socialismo (MAS) en el Ejecutivo boliviano.
Investigación por presunta corrupción en el Fondo de Desarrollo Indígena
De acuerdo con medios locales y fuentes judiciales, la aprehensión está relacionada con una investigación por el manejo de recursos del Fondo de Desarrollo Indígena (también conocido como Fondo Indígena o Fondioc), durante la etapa en la que Luis Arce se desempeñó como ministro de Economía en los gobiernos de Evo Morales.
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En los últimos días, el caso cobró fuerza tras la implicación de Arce en declaraciones y documentos vinculados a la exdiputada del MAS Lidia Patty, actualmente procesada por la misma trama.
Además de esta causa, el exmandatario enfrenta otra denuncia de carácter personal presentada por una exfuncionaria, quien lo acusa de haberla embarazado y abandonado; sin embargo, aún no se ha confirmado oficialmente si esta querella está relacionada con la detención de hoy.
Nuevo escenario político y acusaciones de persecución
La captura de Luis Arce se da en un contexto de fuerte reacomodo político en Bolivia. El gobierno de Rodrigo Paz ha prometido combatir la corrupción y ha reactivado investigaciones sobre la gestión del MAS, entre ellas las relacionadas con el Fondo de Desarrollo Indígena.
Mientras el oficialismo presenta el caso como parte de un esfuerzo por esclarecer el uso de recursos públicos, el entorno de Arce habla de “persecución política” y alerta sobre el uso de la justicia para castigar a adversarios del nuevo gobierno.
El expresidente, que había asegurado antes de dejar el cargo que no saldría del país y que regresaría a la vida académica, enfrenta ahora un proceso penal que podría redefinir su futuro político y profundizar la división entre las distintas corrientes del MAS y el actual gobierno boliviano.
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