
La muerte del Papa Francisco este lunes 21 de abril no solo marca el fin de un pontificado transformador, sino también el inicio de una nueva etapa en la historia de la Iglesia católica.
El pontífice argentino, de 88 años, deja como legado un colegio cardenalicio profundamente renovado, que refleja una Iglesia más diversa y representativa de todos los rincones del planeta.
De los 135 cardenales menores de 80 años con derecho a voto en el próximo cónclave, el 80 por ciento fue nombrado por Francisco, una cifra sin precedentes que influirá en la elección de su sucesor.
Este grupo, sin embargo, no constituye un bloque homogéneo, por lo que no se puede garantizar que el próximo papa seguirá una línea reformista, pero sí evidencia el giro global que impulsó el papa argentino.

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Durante su pontificado, Francisco otorgó visibilidad y voz a iglesias locales de países históricamente excluidos de la toma de decisiones, como Mongolia, Tonga, Lesoto, Irán, Timor Oriental y Albania.
El número de cardenales asiáticos se triplicó, pasando de 9 a 25, mientras que los africanos crecieron de 11 a 18.
Latinoamérica contará con 24 electores, entre ellos cardenales de México, Argentina, Brasil, Cuba, Guatemala, Nicaragua, Chile, Ecuador, Paraguay, Perú y Uruguay.
Aunque Europa sigue teniendo mayoría relativa (55 cardenales), la influencia italiana ha disminuido, pasando de 28 electores en 2013 a 18 en la actualidad.
En España, de los 13 cardenales existentes, solo cinco están habilitados para votar, entre ellos el arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, y el arzobispo de Madrid, José Cobo.
El impacto de Francisco se manifiesta en la redistribución geopolítica del poder eclesial, en una Iglesia que ya no es exclusivamente europea, sino verdaderamente católica en su sentido universal, diversa, descentralizada y con mayor presencia del Sur Global.
El próximo cónclave se llevará a cabo en la Capilla Sixtina en fechas aún por definir, pero con un colegio cardenalicio que será el más numeroso de la historia, marcando un nuevo capítulo en la sucesión de Pedro.
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