
El sol comenzaba a iluminar las cúpulas de Roma este 25 de abril, mientras miles de fieles se congregaban en la Vía della Conciliazione para ofrecer el último adiós al Papa Francisco, cuyo cuerpo fue expuesto en la Basílica de San Pedro por tercer y último día.
Desde temprano, un torrente silencioso de peregrinos de todas las edades y condiciones sociales avanzaba hacia la basílica, en un ambiente cargado de recogimiento y respeto.
Entre ellos, figuras como Elías, conocido cuentacuentos de Campo de' Fiori, quien recordó emocionado su encuentro con Francisco durante el almuerzo que el pontífice ofreció en 2017 a más de mil 300 personas necesitadas en el Aula Pablo VI. "Era un gran hombre, hablaba como un amigo", afirmó Elías.
La multitud también incluía rostros jóvenes, como Sienna, una berlinesa de 26 años que, pese a declararse alejada de la fe, reconoció la profunda humanidad del Papa. "Era uno de los pocos verdaderos líderes morales que quedaban", expresó conmovida.

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El colorido de las banderas, camisetas de fútbol y grupos escolares reflejaba la diversidad de quienes acudieron a la despedida. Juan, peregrino argentino, lucía orgulloso una camiseta de Boca Juniors, evocando una anécdota futbolera entre Francisco y su amado San Lorenzo.
Mientras tanto, los medios de comunicación del mundo entero desplegaban sus equipos para cubrir cada momento de este histórico acontecimiento.
El Vaticano ya había informado que el acceso a la Basílica finalizaría entre las 17:00 y 18:00 horas, cerrando sus puertas definitivamente a las 19:00 horas.
Al término de la misa exequial, presidida por el cardenal Kevin Joseph Farrell, el féretro de Francisco será trasladado a la Basílica Papal de Santa María la Mayor, donde descansará junto a su venerada imagen de la "Salus Populi Romani".
Con esta despedida, el mundo honra no solo a un líder religioso, sino a un hombre que supo grabar sus mensajes de fe, esperanza y amor en el corazón de creyentes y no creyentes por igual.
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