
En un ambiente cargado de emoción, tristeza y respeto, miles de fieles se congregaron este sábado en Roma para dar el último adiós al Papa Francisco, cuyo féretro fue trasladado a la Basílica de Santa María la Mayor para su entierro definitivo.
Desde primeras horas de la mañana, largas filas de peregrinos ocuparon las inmediaciones de la basílica, a pesar de las fuertes medidas de seguridad implementadas para el evento.
Al llegar el cortejo fúnebre, los aplausos espontáneos y las lágrimas de los presentes reflejaron el profundo cariño que el pontífice argentino supo sembrar durante su papado.
Entre los asistentes destacaron personas sin hogar, migrantes y refugiados, colectivos que simbolizan la opción preferencial por los marginados que Francisco promovió con fuerza desde el inicio de su pontificado.

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"Fue un momento muy emocionante. Él fue un gran papa", compartió Jeronima Teixeira, una peregrina portuguesa que viajó desde Oporto para asistir a las exequias. Como ella, miles de fieles manifestaron su profunda conexión espiritual con Francisco, valorando su compromiso con la inclusión y la justicia social.
Tras la entrada del féretro en el templo, algunos comenzaron a retirarse, mientras que otros permanecieron en la plaza rezando el rosario, transmitido por los altavoces.
Anna, peregrina italiana procedente de Calabria, resumió el sentir general: "Es un momento de gran conmoción y tristeza, pero también de gratitud".
La despedida multitudinaria reunió a 250 mil personas en la plaza de San Pedro y alrededores, mientras otras 150 mil acompañaron el cortejo por emblemáticas calles de Roma, incluyendo la Vía de los Foros Imperiales y el entorno del Coliseo, dejando una imagen histórica para la posteridad.
El papa Francisco fue enterrado en una tumba sencilla de mármol procedente de la región de Liguria, de donde eran originarios sus abuelos maternos. Su sepultura se ubica en Santa María la Mayor, junto al venerado icono de la Salus Populi Romani, ante el cual rezó en numerosas ocasiones y al que dedicó su último deseo de descanso eterno.
Con esta emotiva despedida, el mundo cierra un capítulo marcado por la cercanía, la humildad y el mensaje esperanzador de un papa que tocó los corazones más allá de fronteras y credos.
IO