
El viernes 6 de junio se vivieron escenas de tensión y temor en varias zonas de Los Ángeles, donde agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE, por sus siglas en inglés) llevaron a cabo una serie de redadas para detener a personas sin documentos migratorios.
Los operativos se desplegaron en barrios como Westlake, el centro, el sur de la ciudad y el Distrito de la Moda, este último conocido por su alta concentración de trabajadores latinos.
Imágenes captadas por ciudadanos, activistas y medios locales mostraron a agentes armados, vehículos tácticos e incluso el uso de granadas de humo en un operativo dentro de una empresa señalada por contratar a personas indocumentadas.
Las redadas dejaron al menos 44 personas detenidas, según informaron las autoridades migratorias.
En algunos puntos, se registraron enfrentamientos entre agentes y manifestantes que exigían el cese de estas acciones.
Diversas organizaciones civiles denunciaron que varios arrestos se realizaron sin órdenes judiciales y que algunos migrantes fueron deportados de inmediato, sin posibilidad de contactar a sus familias o recibir asistencia legal.
Los hechos provocaron un clima de miedo e incertidumbre entre familias migrantes de la ciudad, muchas de las cuales temen salir de sus casas.
Activistas han llamado a garantizar el respeto a los derechos humanos, exigir transparencia en los procesos migratorios y frenar las deportaciones aceleradas que vulneran el debido proceso.
Mientras tanto, la comunidad latina en Los Ángeles continúa movilizándose para ofrecer apoyo legal y psicológico a las personas afectadas por este tipo de operativos.
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