
Andrés Manuel López Obrador salió por primera vez de su finca en Palenque desde que dejó el cargo en 2024 y acudió a una casilla especial del municipio chiapaneco para participar en la inédita elección popular de jueces, magistrados y ministras o ministros.
El exmandatario llegó sin comitiva oficial; solo algunos simpatizantes y reporteros advirtieron su arribo. Dentro de la mampara recibió seis boletas federales —las mismas que millones de ciudadanos rellenan hoy— y tardó varios minutos en marcarlas antes de depositarlas en la urna.
Al salir, señaló tres motivos de su presencia: celebrar que, por primera vez, “el pueblo decide de manera directa quién imparte justicia”, reconocer que México vive en libertad y democracia y, sobre todo, reiterar su respaldo a la presidenta Claudia Sheinbaum, a quien calificó como “la mejor presidenta del mundo”.
Similar reconocimiento lo había expresado meses atrás, cuando insistió en que la actual jefa del Ejecutivo encarna la continuidad de su proyecto político.

Noticia Destacada
Elección judicial avanza sin incidentes: Rosa Icela Rodríguez invita a votar y confirma paz nacional
El exgobernante confirmó que ha dedicado los últimos meses a escribir un nuevo libro centrado en la “grandeza cultural” del país; la obra verá la luz hacia finales de año, según adelantó la propia mandataria en octubre pasado.
La votación de López Obrador ocurre en un clima de relativa calma, de acuerdo con reportes preliminares de autoridades federales; el Instituto Nacional Electoral estima que más de dos mil 600 cargos judiciales se decidirán en las urnas, incluidos nueve asientos de la Suprema Corte.
Aunque prometió mantenerse al margen de la política activa, la figura del exmandatario sigue siendo un catalizador del debate público, especialmente en temas ligados a la reforma judicial que él impulsó al final de su sexenio.
Tras emitir su voto y recibir aplausos de curiosos, AMLO se retiró sin responder preguntas, dejando, no obstante, dos señales claras: avala la transformación del Poder Judicial desde las urnas y trabaja para volver al escaparate —esta vez— a través de las letras.
IO