La decisión de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) de restringir la movilización de ganado para engorda en estados del sur-sureste, entre ellos Quintana Roo, ha puesto contra las cuerdas a los productores locales, quienes advierten una inminente caída en el precio del ganado, actualmente valuado en más de 74 pesos por kilo en pie.
Aunque no se trata de una cuarentena total, la disposición limita severamente la venta de reses jóvenes hacia otras entidades, uno de los pilares del negocio ganadero local.
Noticia Destacada
Niegan trasladado del ganado de la Península de Yucatán a la zona norte y centro del país por plaga del gusano barrenador
Sergio Crisanto Morteo, presidente de la Unión Ganadera Regional (UGR), calificó la medida como un golpe duro para el sector. Según datos del gremio, Quintana Roo comercializa en promedio mil 600 cabezas de ganado al mes, es decir, más de 20 mil al año.
El origen de esta emergencia es el gusano barrenador (Cochliomyia hominivorax), una larva de mosca que provoca miasis en animales de sangre caliente. La plaga se instala en heridas abiertas y devora tejido vivo, causando infecciones graves y, en muchos casos, la muerte del ejemplar.
La Sader permite únicamente la movilización de ganado en etapa final de engorda y con destino a rastro, siempre bajo estrictas medidas sanitarias.
En Quintana Roo, se han confirmado 29 casos: 26 en bovinos, 2 en equinos y 1 en porcino, todos en comunidades rurales de Othón P. Blanco y Bacalar. Aunque México había erradicado esta plaga hace más de 30 años, reapareció en noviembre de 2024 en Chiapas y desde entonces ha infectado más de mil 400 animales en siete estados. Chiapas y Tabasco concentran los focos rojos, con 851 y 268 casos respectivamente.
Ante el repunte del gusano barrenador, el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica) ha puesto en marcha una estrategia que incluye la liberación de moscas estériles para frenar la reproducción de la plaga, la inspección diaria del ganado —especialmente aquellos ejemplares con heridas—, campañas para incentivar el reporte inmediato de sospechas por parte de los productores y un refuerzo en el control fronterizo, particularmente en el sur del país.
Pero los esfuerzos institucionales aún resultan insuficientes. Crisanto Morteo señala que hay escasez de personal veterinario y falta de atención directa en campo. Pide al Gobierno federal cerrar la frontera sur al paso de ganado centroamericano, pues considera que por esa vía se estaría introduciendo el parásito.
Por su parte, Orlando Emir Bellos Tuna, subsecretario de Ganadería, aseguró que se adquirirán medicamentos para atacar el problema con mayor rapidez. Detalló que se está trabajando en coordinación con siete estados del sureste donde ya se han detectado brotes.
Padecen efectos del bloqueo
Ganaderos de la vía corta Chetumal-Mérida aseguran no tener casos de gusano barrenador, pero están sufriendo los efectos del bloqueo en la movilización de ganado hacia el norte del país, donde se concentra la industria exportadora, en Felipe Carrillo Puerto.
Javier Zaragoza, representante del gremio, señaló que los socios no han reportado animales enfermos y que los casos confirmados pertenecen a Bacalar y Othón P. Blanco. Aun así, advierte que, si se paraliza el acopio por parte de las empresas exportadoras, el impacto será generalizado.
“Nos enviaron un oficio donde se indica que todo el hato ganadero de la península está bajo observación. El problema es la entrada irregular de animales desde Centroamérica por Chiapas y Guatemala, y nadie está frenando eso”, denunció.
Aseguró que ya instruyeron a los productores para prevenir infecciones: curar ombligos tras pariciones, atender heridas y mantener vigilancia constante. Sin embargo, lamentó que México no cuenta con capacidad para producir la mosca estéril que controla la plaga.
Preocupados, pero sin casos
Las restricciones a la salida de ganado inquietan a productores de la zona norte. Pedro Cab Novelo, del comité de la Asociación Ganadera Local, señaló que, aunque el municipio no tiene casos de gusano barrenador, se mantiene un monitoreo constante, en Lázaro Cárdenas.
“Si se llegara a presentar un caso, la demanda de carne de res podría desplomarse por miedo entre los consumidores”, advirtió.
Actualmente, la producción del municipio es de autoconsumo. No exportan, ni han visto afectado el consumo local. Sin embargo, un brote provocaría restricciones focalizadas y pérdidas directas por cuarentena y tratamiento de animales infectados.
Los precios varían ampliamente: vacas flacas en 23 pesos el kilo; novillonas en 40; toros terminados entre 45 y 50 pesos. Todo depende del peso, edad y estado de salud del animal.
Avalan restricciones
Pequeños productores consideran acertadas las restricciones federales, ya que ayudan a frenar la propagación del gusano barrenador. Aseguran que sus hatos no están en riesgo, ya que solo crían para consumo local, en José María Morelos.
Juan Moo Acosta, de la comunidad Othón Pompeyo Blanco, indicó que aunque no han recibido comunicación oficial, están informados por la radio y los periódicos.
Paulino May Mukul, también productor, coincidió: “No comercializamos en otros estados, así que mantener al ganado en potreros no nos perjudica. Lo importante es prevenir”.
José Carlos Alamilla, de Bulukax, agregó que, si bien las medidas son positivas, falta mayor comunicación de las asociaciones ganaderas. “Nos enteramos por los medios. Deberían informarnos directamente”, reprochó.
Alerta por la carne que llega de fuera
Aunque no se han detectado casos de gusano barrenador en la isla, la preocupación crece por la carne que se importa desde Yucatán, donde ya hay brotes confirmados, en Cozumel.
Wilberth Álvarez Villanueva, secretario de los expendedores de carne en Cozumel, explicó que la mayoría del abasto cárnico proviene de fuera, pues pocas carnicerías tienen ganado propio.
Aclaró que todo producto que llega pasa por filtros sanitarios en origen y en el rastro municipal, bajo supervisión de la Sader y autoridades locales.
“Cozumel no exporta ganado, pero por nuestra dependencia de carne externa, debemos mantener estrictas revisiones en cada embarque”, subrayó.
