
En fechas en que las leyendas mayas y las historias paranormales comienzan a cobrar fuerza de cara al arribo de los difuntos, José Antonio Keb Cetina, popular custodio nocturno de la zona arqueológica de Chichén Itzá, compartió el inquietante relato del supuesto encuentro con un alux en la ciudad maya sagrada.
Keb Cetina reveló que una tarde del mes de abril de 2020, periodo en que la pandemia por el COVID-19 golpeaba al planeta entero, decidió revisar un punto de la zona arqueológica aledaño a un cultivo, en donde se había registrado la quema de una milpa. Para prevenir alguna contingencia acudió al lugar en donde verificó que el fuego se había extinguido.
De regreso a la parte central del recinto arqueológico, sitio en donde se ubica la estructura conocida como El Observatorio, el trabajador del INAH, quien se encontraba en compañía de "Güero", un perro ya fallecido que integró el grupo de canes conocidos como los guardianes de Kukulcán, decidió subir unas escalinatas y posteriormente se sentó por unos momentos.
"Nos subimos para revisar y me senté un rato a tomar un descanso, el Güero también así lo hizo... la noche ya comenzaba a envolver el cielo de los ITSJA'ES, las estrellitas poco a poco adornaban ese manto tan espectacular en primavera", detalló José Antonio. Agregó que en ese momento no contaba con linterna, ya que se encontraba cargándose en la entrada del sitio.

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El encuentro con el alux
El custodio contó que el momento álgido de la experiencia llegó cuando, con la ayuda de la lámpara de su celular, intentó descender del lugar donde se encontraba. Al estar a punto de bajar las escaleras, logró divisar una forma peculiar, una extraña silueta cobijada por la oscuridad que se encontraba en el primer nivel del observatorio.
"Una pequeña silueta como de niño estaba parado ahí, justo donde remataban los peldaños del primer nivel del observatorio... ¿Perrito y ahora qué hacemos?, le dije a mi amigo peludo, cuando de pronto se echó a correr (ya se imaginarán como quedé). Perro espérame - le grité - pero él cruzó junto a esa figurita como bala", narró el guardia.
Invadido por el temor al encontrarse de cara a lo desconocido, recordó una sabia lección por parte de su madre: "Hijo, solo cuando te esté llevando la chi... te vas a acordar de dios". Keb Cetina comenzó a rezar al tiempo en que descendía cada escalón, implorando al todopoderoso, de acuerdo con su propio testimonio.
¿Una confusión o un verdadero guardián ancestral?
Al pasar a un costado de donde se alzaba la misteriosa forma, el custodio pudo percatarse que se trataba de un peculiar K´an lool, árbol que no crece mucho y da flores amarillas durante los meses de octubre y noviembre. "En ese momento sentí que hasta el espíritu me regresó y comencé a reír", escribió Cetina.
"Regresamos más tarde por el caracol, como también se le conoce al observatorio, y subimos nuevamente mientras me acordaba de lo sucedido anteriormente e iba pensando, - ahora voy a saludar a mi amiga XK'AN LOO-, pero adivinen... la planta ya no estaba... ¿Quién pudo haberla arrancado? - me pregunté - ... No había nadie más".
De acuerdo con la madre del custodio, a quien él mismo cuestionó sobre esa vivencia, dicha entidad no era mala, por el contrario, al camuflarse en forma de planta lo protegió, ya que según aseguró la mujer, su hijo pudo haber quedado "loco" al observar directamente al alux, entidades encargadas de resguardar la naturaleza, que probablemente, se ocultan entre las sombras.