El buque escuela Cuauhtémoc de la Armada de México zarpó la mañana de ayer luego de casi una semana en el puerto de Progreso, donde se convirtió en una fuerte atracción para el turismo local, así como para la población en general, que abarrotó la Casa de la Cultura desde donde salían los grupos para ir a visitarlo.
El también llamado Embajador y Caballero de los Mares se despidió de este puerto con toda su tripulación, integrada por 166 cadetes de la Heroica Escuela Naval Militar, para dirigirse a Veracruz, en donde se celebrarán los 200 años de la consolidación de la Independencia de México en la Mar.
Durante su estancia en el puerto de Progreso, el buque recibió a más de 15 mil visitantes, según cálculos. Se informó que originalmente se esperaba atender a entre dos mil y dos mil 500 personas en cada día que permaneció anclado, pero la alta demanda de ingresos hizo que la cifra se rebasara ampliamente.
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Desde la mañana del martes y hasta la noche del viernes, la Casa de la Cultura de Progreso, desde donde partían los autobuses para ingresar al puerto de altura y llegar al muelle donde se encontraba el buque Cuauhtémoc, se vio abarrotada con largas filas de personas que no sólo estaban en el interior del recinto, sino también en la calle.
En su estancia, se tuvo un fuerte control en las filas de acceso, lo que generó una circulación fluida de visitantes en todo momento, situación que fue agradecida por la población, a pesar de que el tiempo de espera para ingresar al buque era de entre dos y cuatro horas.
Durante la despedida de ayer estuvieron presentes autoridades militares, estatales y municipales, entre ellas el gobernador Joaquín Díaz Mena, quienes dieron el adiós a los marineros y al buque, que por segunda ocasión visita el puerto de Progreso. La tripulación se despidió con su clásica maniobra sobre los mástiles hasta ingresar mar adentro.
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Familiares y amigos de los marinos que radican en Yucatán, y que estuvieron presentes en la despedida, fueron invitados a subir a la nave para dar el adiós a sus seres queridos. Entre las personas que compartieron este momento estuvo la cantante Margarita, la Diosa de la Cumbia. El barco partió, y mientras los cadetes apostados en los mástiles se alejaban, en tierra firme sus seres queridos se mostraban tristes y orgullosos. Algunos lloraban y rezaban por ellos, pidiendo por el bienestar de sus familiares y su llegada con bien al siguiente puerto.
La presencia del buque y la alta demanda de personas que llegó para conocerlo generaron una alta derrama económica para los negocios de la zona Centro de Progreso, así como para vendedores ambulantes. Administradores del mercado municipal informaron que “aumentó al triple el número tradicional de visitantes, y varios negocios en los alrededores reportaron ingresos importantes”.
Los vendedores en la vía pública también tuvieron una buena racha, principalmente expendiendo comida, bebidas y golosinas.
