
Se cumplen tres décadas desde la tragedia marítima más grande registrada en el puerto de Progreso, el hundimiento del Águila Dorada, incidente que ha marcado la historia del municipio y que hasta la fecha sigue siendo recordado por los pobladores en cada festejo del Día de la Marina.
El hundimiento del Águila Dorada dejó un total de 23 muertos y 52 personas lesionadas en 1995, siendo considerada la tragedia marítima más importante en las costas de Progreso.
Hoy, domingo 1 de junio se cumple el aniversario número 29 de la tragedia, donde la embarcación terminó por volcarse en altamar en medio de los festejos del Día de la Marina, quedando marcado como uno de los eventos más tristes de la historia progreseña.
El señor Daniel Uicab, veterano pescador que fue testigo de la triste escena, relató que el evento comenzó de manera normal por el Día de la Marina, después de las ceremonias llevadas a cabo en tierra, se procedió al tradicional paseo en altamar, donde participaron tanto embarcaciones navales como pesqueras.
Todo trascurrió de manera natural durante la mayor parte de día y no fue sino hasta poco antes de las 17:00 horas que la tragedia ocurrió.
Según los registros, durante la fatídica tarde se recibieron los llamados de auxilio, siendo el primero el emitido por la central de radio del Centro Cultural Pesquero de Progreso, en donde se reportaba la situación y se pedía ayuda ante la tragedia, donde hubo múltiples muertos y heridos, lo que generó una amplia movilización de unidades de emergencia y policiacas, que interrumpieron los festejos, para unirse a las labores de rescate mediante varios barcos y lanchas.

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El barco fue remolcado por las autoridades portuarias hasta que se pudo detectar que, por el contrario, de los análisis iniciales, aún había personas con vida al interior de la nave, lográndose el rescate solamente de la pequeña de nombre Leydi del Socorro Estrella Castillo, atrapada en una cámara de aire, en el cuarto de máquinas.
Tras unos minutos los primeros heridos y muertos comenzaron a llegar a tierra, mientras las clínicas y hospitales del puerto apenas lograron darse abasto, y donde según relatan pescadores y pobladores, el local de la CTM se convirtió ese día en el sitio para albergar los cadáveres de más de dos docenas de personas, tanto habitantes de Progreso como de comunidades circunvecinas de diversas edades.
Los adultos mayores aún recuerdan con mucho dolor ese día, en que pudieron observar una de las escenas más desgarradoras con el hundimiento del Águila Dorada.