En las antiguas tierras de Yucatán circula la leyenda de la Xtabay, un espíritu femenino que seduce a los hombres y los conduce a un destino trágico. Su nombre proviene del maya xtabentún, que significa “enredadera oculta” o “planta trepadora”, símbolo de su misteriosa naturaleza. Para los mayas, la Xtabay representa tanto la belleza encantadora como el peligro oculto tras las apariencias.
Se dice que la Xtabay aparece en los caminos solitarios, especialmente de noche, cuando la penumbra y el silencio envuelven la selva. Toma la forma de una mujer de gran hermosura, de cabello largo y suelto, que viste un huipil blanco bordado. Su aroma dulce, semejante al de la flor xtabentún, atrae irresistiblemente a quienes la perciben. Los hombres, al verla, quedan hechizados y no pueden resistir la tentación de seguirla.
Sin embargo, quien cae en sus encantos sufre las consecuencias. La Xtabay guía a los hombres hacia lo profundo del monte o los precipicios, donde pierden el rumbo, caen en trampas naturales o mueren sin explicación. Otros, según el mito, despiertan confundidos y enfermos, debilitados por la fiebre, como si la Xtabay hubiera absorbido su vitalidad.
Leyenda de la Xtabay
La leyenda cuenta que existen dos mujeres que dieron origen al mito: Xkeban y Utz-Colel. Xkeban era considerada una mujer de “mala vida” por sus costumbres libres, pero era bondadosa y ayudaba a los necesitados. En contraste, Utz-Colel era vista como virtuosa y pura, aunque en realidad era fría y orgullosa.
Tras la muerte de ambas, el alma de Xkeban se transformó en la flor xtabentún, símbolo de dulzura y compasión, mientras que Utz-Colel se convirtió en la Xtabay, espíritu vengativo que castiga con su belleza engañosa.
De ahí surgió la advertencia popular: no todo lo que parece virtuoso lo es, ni todo lo que se juzga indigno resulta ser malo. La Xtabay representa ese engaño de las apariencias, un recordatorio de que la maldad puede esconderse bajo la belleza más pura. Su figura se convirtió en un mito que explica, al mismo tiempo, la muerte misteriosa de viajeros y el poder seductor de lo prohibido.
Hoy en día, la leyenda de la Xtabay sigue viva en la tradición oral de Yucatán. Muchos aseguran haberla visto en los caminos oscuros, sentada al pie de las ceibas o caminando entre la maleza, esperando a sus próximas víctimas.
Su historia se cuenta no solo como un relato de miedo, sino también como una enseñanza moral que ha pasado de generación en generación, conservando la esencia mágica y misteriosa de la cultura maya.
