
El monitoreo de vida silvestre con cámaras trampa en Yucatán es especialmente importante por varias razones: ecológicas, científicas y de conservación. El estado alberga especies endémicas y en peligro de extinción, como el jaguar, el ocelote o ciertas aves y reptiles. Estos dispositivos permiten detectar su presencia sin molestarlos, que es clave para diseñar estrategias de conservación.
La región tiene una alta biodiversidad, tanto en selvas, cenotes y zonas costeras y cada una de ellas tiene una vigilancia estricta, liderada por biólogos expertos, cuya tarea es informar al Gobierno para que este, a través de la Secretaría de Desarrollo Sustentable, les brinde todo tipo de apoyo y así, en sinergia, continúe la preservación de la fauna que habita en la región, señaló Neyra Silva Rosado, titular de SDS Yucatán.
“Directamente, nosotros en este momento no estamos haciendo monitoreo con cámaras trampa, estamos trabajando con diferentes aliados, tenemos los grupos que ya trabajaban en la costa, en la parte de Dzilam, ahí siguen; nos sumamos a eso, apoyamos con algunos equipos, algunas cámaras eran las que teníamos en otros lugares. También estamos apoyando en algunos de los ejidos dentro de la Reserva Biocultural del Puuc”, aseveró Silva Rosado.
Base de datos
El compromiso es que la información que se está generando, a través de monitoreos en las zonas señaladas, se tienen que reunir en una sola base de datos, que debe servir para comenzar a buscar las estrategias a usar, son esos corredores en los que se tendría que estar trabajando, cuáles son las partes que se deberían restaurar y dónde hay que mejorar la vigilancia.
Por su parte, Marco Rivas, arqueólogo y vigilante de vida silvestre en la zona arqueológica de Chichen Itzá, dijo también en exclusiva que, en las inmediaciones del sitio, hace aproximadamente mes y medio captó al felino más grande e importante de Yucatán: el jaguar, confirmando que la población de este animal se recupera poco a poco. El monitoreo se hizo aproximadamente nueve kilómetros de la antigua ciudad maya.
“Ha sido un monitoreo constante, aprovechando los jaltunes, que son estos lugares donde se acumula el agua de lluvia, y también en algunos caminos de fauna que se detectaron. Entonces, por suerte nos ha traído la documentación de especies que no se habían visto desde hace mucho tiempo en esta área, como por ejemplo el jaguar y algunas otras que están en peligro de extinción o son especies protegidas”, reveló Marco Rivas
Por último, se comunicó que en la zona de Chichen Itzá y Ek Balam se han documentado otras especies, como tigrillo, ocelote, viejo de monte, pavo de monte, coatís, mapaches, venados y algunas especies de aves de la región.