
Además de la ciruela, también se ha observado una disminución en la cosecha de tamarindo y mango, productos que habitualmente abundan en los árboles durante esta época del año.
“Mi mata de ciruela no dio nada”, expresó Diannet Medina, quien comentó que, en conversaciones con sus vecinas, se ha confirmado la misma situación de escasez en otros hogares.
La disminución en la producción ha generado un aumento en los precios del producto, pues mientras en años anteriores una palangana de ciruela se vendía en 10 pesos, ahora su precio oscila entre 15 y 20 pesos debido a la menor disponibilidad.

María Moo, vendedora ambulante del Centro, señaló que el impacto de la sequía ha sido evidente en la ciruela chiabal, limitando su comercialización y afectando a productores y comerciantes.
Perspectivas y posibles soluciones
Expertos agrícolas sugieren que la falta de lluvias en los últimos meses ha perjudicado el desarrollo de los cultivos, lo que podría representar una amenaza para futuras cosechas si las condiciones no mejoran.
Productores de Hopelchén han instado a las autoridades a considerar medidas de apoyo para enfrentar el impacto de la sequía prolongada, que podría afectar no solo la producción de frutas, sino también otras actividades agrícolas de la región.
JGH