La muerte de al menos 14 delfines y tres tortugas marinas en el último lustro, localizadas en las costas del municipio de El Carmen, obedece a múltiples causas ya sea ambientales y humanas que ponen en evidencia la urgencia de reforzar la investigación en el mar, endurecer la normatividad y fortalecer la educación al ecosistema como eje principal de conservación natural.
De acuerdo con David Leonardo Zapata Barrientos, biólogo egresado de la Universidad Autónoma de Campeche (UACAM), la mortandad de estas especies no responde a un solo factor sino a una combinación de problemáticas que se presentan desde hace años en la región, entre ellas se encuentran la depredación, el manejo inadecuado de algunas pesquerías, el tráfico marino, la contaminación y el desfogue de aguas que llegan a la laguna provenientes de zonas agrícolas y selváticas, especialmente durante la temporada de lluvias.
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El especialista explicó que la Laguna de Términos recibe escurrimientos de distintos puntos de la Isla, arrastrando contaminantes agrícolas y residuos que alteran la calidad del agua. A esto, se suma la contaminación generada en la ciudad y en actividades marítimas como el derrame de aceites y combustibles de embarcaciones, que, si bien no impactan de manera inmediata a toda una población, sí afectan a individuos específicos, debilitando a largo plazo a las especies marinas.
Otro factor relevante es el tráfico marítimo, ya que las embarcaciones en muchas ocasiones no detectan a tiempo a los grupos de delfines provocando golpes con los cascos o lesiones por las propelas de embarcaciones.
Asimismo, el uso de ciertas tecnologías marinas puede generar desorientación en los animales, alterando su comportamiento natural y llevándolos a situaciones de riesgo o muerte.
En el caso de las tortugas, Zapata Barrientos subrayó que la contaminación por plásticos representa una de las principales amenazas. Bolsas y otros residuos son confundidos con alimento, lo que puede ocasionar obstrucciones internas que les impiden sumergirse, alimentarse o desplazarse correctamente.
También, señaló que algunos ejemplares podrían haber llegado al final de su ciclo de vida; sin embargo, cuando esta condición se suma a factores de contaminación y estrés ambiental, el desenlace suele ser fatal.
El biólogo coordinador del campamento tortuguero de Campeche Country Club, destacó que, si bien existen programas de conservación y planes de manejo dentro del Área de Protección de Flora y Fauna Laguna de Términos, hace falta mayor “trabajo de mar” para conocer con mayor precisión los ciclos de vida de estas especies, generar más datos científicos y, con ello, reforzar la normatividad y hacer más rigurosa la ley en su protección. A diferencia de las tortugas, que permiten estudios en playa, los delfines requieren de investigación constante en los ambientes acuáticos.
Finalmente, enfatizó que la conservación no puede sostenerse únicamente en la vigilancia y la legislación, sino debe apoyarse de manera firme en la educación ambiental, ya que solo a través de la conciencia social, la investigación continua y el fortalecimiento de las políticas públicas será posible reducir estos eventos y garantizar la protección de delfines y tortugas marinas en las costas de Ciudad del Carmen.
