Este sábado, la manifestación convocada por el movimiento Generación Z en la Ciudad de México culminó con disturbios frente al Palacio Nacional.
Grupos identificados como “bloque negro” realizaron pintas y protestas contra la presidenta Claudia Sheinbaum, lo que provocó una respuesta inmediata por parte de elementos de seguridad.
Los policías, apostados tras vallas metálicas, dispersaron gas lacrimógeno y polvo de extintores cuando varios manifestantes intentaron derribar las barreras utilizando cuerdas y lanzaron artefactos explosivos de bajo poder.
La marcha: entre inconformidad social y símbolos virales
La movilización partió del Ángel de la Independencia con una estética particular: asistentes vestidos de blanco, portando sombreros y banderas con el rostro del alcalde asesinado de Uruapan, Carlos Manzo. Aunque el evento fue presentado como una expresión juvenil, la mayoría de los asistentes superaba los 30 años.
Entre las consignas destacaron: “No somos inteligencia artificial”, “Fuera Morena” y reclamos por violencia e inseguridad. Muchos participantes denunciaron que no son bots, en respuesta a versiones oficiales que minimizaron la protesta.
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El Gobierno acusa intervención digital y empresarial
El gobierno de Sheinbaum presentó un informe que vincula la protesta con una campaña digital organizada, supuestamente impulsada por influencers, figuras de oposición y cuentas asociadas a Atlas Network.
También señaló al empresario Ricardo Salinas Pliego como uno de los amplificadores del movimiento, en medio de un conflicto legal por sus adeudos fiscales.
¿Qué exige la Generación Z México?
El pliego petitorio incluye:
- Revocación de mandato con participación ciudadana.
- Reformas judiciales y transparencia total.
- Desmilitarización de la seguridad pública.
- Mejora de la representación legislativa.
En redes sociales, el asesinato de Carlos Manzo se convirtió en emblema del hartazgo ciudadano, aunque su familia se deslindó del uso político de su imagen.
La convocatoria, iniciada en octubre con un reportaje de TV Azteca y amplificada en redes mediante IA, evolucionó de una protesta pacífica a una movilización nacional.
Conclusión: una protesta que marca el inicio de tensiones sociales
La protesta de este sábado representa el primer gran desafío callejero para la administración de Claudia Sheinbaum.
Aunque el Gobierno insiste en que se trata de una operación digital disfrazada de movimiento ciudadano, en las calles quedó claro que hay un sector de la población —organizado o no— dispuesto a manifestarse.
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