La presidenta Claudia Sheinbaum Pardo encabezó este jueves una mesa de crisis con los principales productores de acero y aluminio, acompañada del secretario de Hacienda, Édgar Amador Zamora, y el titular de Economía, Marcelo Ebrard.
El objetivo fue evaluar el impacto de la duplicación de aranceles —del 25 al 50 por ciento— que la administración del presidente estadounidense Donald Trump aplicó a partir de esta semana.
“Nuestra responsabilidad es proteger los empleos”, subrayó la mandataria ante directivos de Altos Hornos de México (AHMSA), Ternium, Deacero, ArcelorMittal, Alcoa y Tenigal, así como representantes de pequeñas fundidoras del Bajío.
Radiografía del golpe
- Exportaciones afectadas: 4.2 millones de toneladas de acero y 680 mil t de aluminio enviadas a Estados Unidos en 2024.
- Empleo en riesgo: hasta 700 mil plazas directas e indirectas, concentradas en Coahuila, Nuevo León, Michoacán y Veracruz, según la Cámara Nacional del Acero (Canacero).
- Costos inmediatos: un incremento de 15 por ciento en insumos para la industria automotriz y de la construcción si no se aplican medidas compensatorias antes de agosto.
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Estrategia en tres frentes
- Negociación exprés en Washington Ebrard viajará la próxima semana para intentar reactivar el acuerdo de 2024 que otorgaba cupos libres de arancel y monitoreo de importaciones de terceros países. De fracasar, México solicitará un panel de solución de controversias bajo el T-MEC.
- Apoyo fiscal y financiero Hacienda plantea un paquete de créditos blandos y diferimiento de pagos de ISR y cuotas al IMSS para micro y pequeñas acerías durante seis meses. Además, se estudia reducir temporalmente el arancel a la chatarra importada, materia prima clave para las acerías eléctricas.
- Reorientación del mercado interno La Secretaría de Infraestructura priorizará insumos nacionales en proyectos del corredor interoceánico, la modernización de trenes y el programa de vivienda social para absorber excedentes y sostener precios.
Reacciones del sector
Directivos celebraron la “velocidad de respuesta” pero pidieron garantías de certidumbre regulatoria y acelerar la firma de un decreto que simplifique la importación de ferroaleaciones no producidas en México.
Analistas del Instituto para el Desarrollo Industrial advirtieron que la clave será “evitar una guerra arancelaria espejo” que impacte a la cadena automotriz norteamericana.
El Gobierno convocó a una segunda sesión técnica en 10 días para revisar avances y definir si procede la ruta jurídica internacional.
Mientras tanto, Sheinbaum pidió “unidad” entre empresas y sindicatos para mantener la producción y salvaguardar los empleos que dependen del acero y el aluminio mexicano.
IO
