El acelerado crecimiento demográfico en Yucatán, acompañado de construcciones que poco o nada consideran el entorno natural, está provocando un severo impacto en los ecosistemas locales, afectando especialmente a las aves.
En entrevista, el biólogo ambiental César Castañeda alertó sobre la situación crítica que atraviesa la fauna silvestre en la región, resultado de la expansión urbana descontrolada que arrasa con montes y selvas.
“El ser humano ha repercutido muchísimo en el hábitat de la fauna silvestre. Hemos invadido los espacios naturales de animales y aves. Antes se veía más selva, mayor equilibrio, ahora muchas especies han desaparecido y otras se han vuelto invasoras debido a la alteración de su entorno”, expresó.
Entre los factores que están acabando con la fauna, Castañeda señaló la contaminación, la caza furtiva, la tala ilegal, la ganadería extensiva y, especialmente, el crecimiento poblacional sin una adecuada planeación ecológica.
“Este fenómeno no sólo amenaza a las aves, sino que compromete la estabilidad del ecosistema en su conjunto”, mencionó. Castañeda subrayó la vital interconexión entre la fauna silvestre y el equilibrio ecológico.
“Estamos rodeados de fauna silvestre, cada animal que existe en el medio ambiente tiene un fin biológico”, afirmó.
“Es muy importante que nosotros los seres humanos la cuidemos porque siempre estamos en una simbiosis; realmente si no hubiera una fauna silvestre no habría un ecosistema y por consiguiente no tendríamos un medio ambiente equilibrado”, explicó.
“Cada animal tiene una función biológica: algunos dispersan semillas, otros ayudan a controlar plagas. Todo eso se está perdiendo. Si desaparece la fauna, desaparece también el equilibrio del ecosistema y, por tanto, el medio ambiente tal como lo conocemos”, enfatizó.
Las aves, que cumplen un rol esencial en la regeneración de los bosques y en el control de insectos, han tenido que adaptarse a condiciones adversas ante la falta de árboles y zonas de anidación. Hoy en día, se pueden ver nidos en postes de luz, balcones de edificios o espacios improvisados, exponiéndose a mayores riesgos y sin la protección natural que antes les ofrecía la vegetación.
Ante esta situación, el biólogo subrayó la importancia de fortalecer la educación ambiental en el estado.
“En Yucatán estamos en pañales en temas de educación ambiental. Aunque hay programas, estos no son suficientes ni están integrados de manera oficial en la currícula escolar. Necesitamos que se enseñe, desde la infancia, el respeto y cuidado por la fauna silvestre”, afirmó. El especialista consideró que la clave se encuentra en formar a las nuevas generaciones.
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“Los adultos ya tenemos patrones difíciles de cambiar, pero los niños y jóvenes aún pueden ser sensibilizados. Si se les educa desde ahora, se puede generar un cambio real a largo plazo”, expresó.
Finalmente, hizo un llamado a las autoridades y a la sociedad civil para impulsar políticas públicas más conscientes del medio ambiente y para abrir espacios de aprendizaje y acción ecológica desde las escuelas, con enfoque en el respeto por la vida silvestre y la conservación de los ecosistemas.
El futuro del equilibrio ecológico en Yucatán, concluyó, depende en gran medida de cuánto se haga hoy para proteger a quienes no tienen voz: las aves y demás especies que comparten este territorio.
