
En marzo de 2025, Cristian Selun y Arnaldo Marruco, espeleobuzos argentinos, lograron encontrar los restos óseos de un perezoso gigante del género Nothrotheriops en el cenote Dzombakal, ubicado en la comisaría de San Antonio Mulix del municipio de Umán.
Los fósiles fueron encontrados a 22 metros de profundidad, junto a algunos otros huesos, correspondientes a caballos prehistóricos de la especie extinta Equus conversidens, también conocida como caballo mexicano.
El pasado martes 10 de junio, la cuenta de Tiktok "Buceo cenotes Yucatán", reveló un video en donde se muestra la ruta que deben de seguir los buzos para llegar al punto en donde se ubican los restos del animal que habitó la Tierra hace entre 150 mil y 10 mil años.
"Cada buzo tiene que entrar con cuatro tanques cada uno, una vez dentro de la cueva existen lugares muy estrechos, o mejor conocidos como restricciones, que son muy peligrosos para los buzos porque pueden quedar atorados", se detalló.
Actividad de alto riesgo
La línea de vida, que es una cuerda o cable utilizada por los buceadores en situaciones de baja visibilidad o en entornos como cuevas, representa literalmente la diferencia entre vivir y morir.
Por ello, se explicó, que esta debe ser instalada como prevención, ya que existe la posibilidad de que las lámparas con las que se encuentran equipados se apaguen, o que el sedimento se levante, situación que impediría avanzar con el uso de la vista.
Finalmente, el riesgo y el esfuerzo valieron la pena, ya que los integrantes de la expedición lograron llegar a la zona en donde se ubican los restos, lo que les permitió documentar imágenes extraordinarias.