Derechohabientes del Hospital General de Zona número 4 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Ciudad del Carmen denunciaron ser víctimas de robo a vehículo, y es que al parecer la ausencia policíaca en calles aledañas, bajo la justificación de que “siempre hay movimiento”, ha permitido que una banda opere y constantemente robe baterías de vehículos o practique el conocido “cristalazo” para llevarse pertenencias.
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De acuerdo con testimonios de comerciantes ambulantes y derechohabientes afectados, la delincuencia se intensifica en horas no pico, así como por la tarde-noche, cuando los amantes de lo ajeno aprovechan la tranquilidad y ausencia de peatones para abrir las unidades y robarse lo que pueden.
Explicaron que el pasado fin de semana vieron a una pareja de adultos mayores que ingresó al hospital para acudir a su cita mensual de seguimiento en consulta externa. Los señores tardarían aproximadamente una hora y media; cuando salieron y se dirigieron hacia su vehículo estacionado en la calle 41B por 22 y 26, justo una cuadra después del edificio hospitalario, descubrieron el robo.
No habían pasado cinco minutos cuando se les vio regresar al acceso del hospital y comenzaron a preguntar si alguien había visto pasar a alguien con alguna batería de auto. Explicaron que forzaron la cerradura de la puerta del conductor, abrieron el cofre y se llevaron la batería del vehículo.
Los vendedores aseguran que este no es el primer caso que se reporta en la misma zona, por lo que, al parecer, existe una banda de delincuentes que observa a los pacientes del IMSS ingresar y aprovecha la soledad e incluso la oscuridad para robar. Además, a otros los han “cristaleado” para llevarse mochilas u objetos de valor que las personas dejan en sus autos.
Los derechohabientes del IMSS y comerciantes exigieron a la Policía Municipal que intensifique los rondines en las zonas aledañas al hospital para dar con el paradero de estos sujetos que están afectando a la población, pues el robo de autopartes es costoso, ya que una batería no deja de costar dos mil pesos.
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Para los testigos de estos hechos, esta bandita merodea la zona y además se hace pasar como gente que llega al hospital solo para cazar a sus víctimas, como en este caso, ya que pudieron ver que entraron, identificaron y esperaron a los afectados para huir con lo robado.
