
La costa yucateca comienza a teñirse de marrón. Aunque no se trata de tierra ni basura, el panorama es igualmente preocupante: se trata del sargazo, un viejo conocido de las playas del Caribe que ahora ha comenzado a llegar con fuerza a los litorales del estado, particularmente entre Chabihau y Santa Clara.
Habitantes, prestadores de servicios y científicos coinciden: el fenómeno llegó antes de lo habitual y podría empeorar en las próximas semanas, justo cuando se acerca la temporada vacacional de verano.
En Chabihau, cubre buena parte de la playa. A simple vista, parece un tapiz inofensivo, pero conforme pasan las horas, el calor la descompone y despide un fuerte olor haciendo casi imposible que los visitantes disfruten del mar.

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En redes sociales, los vecinos han comenzado a subir imágenes que muestran la dimensión del problema. Los fines de semana ya no son lo que eran. Algunos turistas que llegan, se marchan sin siquiera tocar el agua.
“Antes esto llegaba más cerca de julio, pero ahora se nos adelantó”, comenta un lanchero del puerto, preocupado por la cercanía de las vacaciones de verano. La comunidad teme que las corrientes marinas, que transportan el alga desde el Caribe, traigan consigo más toneladas en los días venideros.
Las causas del arribo
Salvador Castell, director de la comunidad científica Va por la Tierra, explica que el aumento en la temperatura del mar y las recientes ondas tropicales están detrás de este fenómeno.
“El sargazo emerge desde el fondo marino debido al movimiento que generan las lluvias, y al llegar a la superficie queda atrapado sin posibilidad de dispersarse rápidamente”, detalla.
Aunque la descomposición natural termina por desintegrarlo, el proceso puede tardar semanas, y en ese lapso, el liquen se convierte en un problema ambiental y económico para las comunidades costeras.
La ruta del Caribe
Mientras tanto, en Quintana Roo la situación ya es crítica. De acuerdo con el Instituto Oceanográfico del Golfo y Mar Caribe, el semáforo de sargazo pasó de amarillo a rojo. Las imágenes satelitales revelan que más de 7 mil toneladas de esta macroalga flotan frente a sus costas, con altas probabilidades de tocar tierra en zonas como Tulum, Playa del Carmen y Cozumel.

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En contraste, Yucatán aún no enfrenta esas magnitudes, pero los expertos advierten que el patrón es cíclico. Lo que hoy se ve en el Caribe mexicano podría llegar a nuestras costas en cuestión de días.
Habitantes de Chabihau han pedido integrar brigadas para limpiar las playas. Aunque reconocen que parte del fenómeno es natural, consideran urgente que se refuercen los trabajos de limpieza para no afectar la economía local.
“No se trata sólo de recoger algas; se trata de que la gente pueda venir, quedarse, consumir y disfrutar sin que le espante el mal olor o la vista”, dice una comerciante.
Y mientras las autoridades analizan qué medidas tomar, el sargazo continúa su avance silencioso, recordando que el cambio climático no solo se mide en grados, sino también en toneladas de algas sobre la arena.