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Yucatán

Muerte de abejas en Nohalal deja pérdidas millonarias en la producción de miel; afecta a familias mayas y pone en riesgo a la agricultura

La población de Nohalal ha registrado graves afectaciones tras la muerte de millones de abejas a causa del uso de agroquímicos.
El exterminio de abejas, por plaguicidas, es un duro golpe económico y a la agricultura regional
El exterminio de abejas, por plaguicidas, es un duro golpe económico y a la agricultura regional / Roger Euán

La tragedia ambiental ocurrida en el ejido de Nohalal, municipio de Tekax, en el Sur de la entidad, ha comenzado a cuantificarse no solo en los millones de abejas muertas, sino también en cifras económicas que anticipan un golpe severo para la apicultura y la agricultura regional.

Más de 3 millones de polinizadores desaparecieron en cuestión de horas tras una fumigación aérea con plaguicidas, lo que representa, de acuerdo con el Colegio de la Frontera Sur (Ecosur), la pérdida de al menos el 30% de la producción total de miel en ese municipio.

Tekax aporta anualmente 478.70 toneladas de miel, equivalente a 12 millones 944 mil pesos, con un precio promedio de 27.04 pesos por kilogramo del dulce. Ahora, las cifras caerán drásticamente en 2025, debido a este evento catastrófico que, según los datos preliminares, ya suma pérdidas millonarias.

Hasta el momento se desconocen las causas del varamiento

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Una colmena rota

En un reporte, el Colegio de la Frontera Sur informó que el servicio ambiental de polinización —proceso clave para sostener cultivos y biodiversidad— tiene un valor estimado de 276.9 millones de pesos tan solo para Tekax.

Esa cifra equivale al 38.3% del valor de la producción agrícola anual del municipio, lo que dimensiona el tamaño del impacto, no solo para los apicultores, sino para toda la cadena alimentaria regional.

Y es que Tekax no solo produce miel. También es una potencia agrícola: se cultivan al menos 19 especies de frutos, el 80% de los cuales dependen de la polinización, como el limón, toronja y mango, además de liderar en siembras de sorgo, achiote, calabacita, chile verde y jitomate.

Hoy, esa productividad está amenazada por una crisis que combina omisiones, intereses y falta de regulación ambiental.

La causa: pesticidas

El informe preliminar de Ecosur, elaborado en conjunto con la organización Jibiopuuc, descartó enfermedades, sequía o falta de alimento como causas posibles. La única explicación viable fue una intoxicación aguda, causada por plaguicidas aplicados en una parcela de limón ubicada a menos de medio kilómetro de los apiarios.

Los análisis de viento revelan que el agente tóxico fue arrastrado desde esa parcela hacia las colmenas. El radio de afectación abarca más de mil metros y podría impactar un área superior a 340 hectáreas. Ecosur también detectó un patrón de mortandad súbita en al menos 300 colmenas y la pérdida total de la cosecha apícola 2025 en Nohalal.

Las pruebas recabadas apuntan a que la fumigación se realizó con drones agrícolas, una técnica creciente en plantaciones cítricas a gran escala. Los apicultores señalan a la empresa Granos y Vegetales de Yucatán, a la que vinculan con las fumigaciones aéreas realizadas en el ejido vecino de San Rufino.

El INAH no ha aclarado dichos rumores que circulan en TikTok

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Cifras en disputa, daños visibles

Aunque el informe de Ecosur se basa en conteos realizados a principios de mayo, no contempla testimonios ni recuentos posteriores que POR ESTO! documentó en su visita al sitio. En esa cobertura, al menos una decena de apicultores confirmó haber perdido la totalidad de sus colmenas, lo que sugiere que la cifra de daños supera los tres millones de abejas y eleva las pérdidas en al menos un par de millones de pesos adicionales.

Los productores esperan el dictamen oficial para turnar el caso a instancias legales y exigir justicia. Ecosur, Jibiopuuc y los apicultores coinciden en que la parcela fumigada debe ser investigada a fondo y el responsable, sancionado.

Más allá de los números, la tragedia ha dejado sin sustento a más de una decena de familias campesinas. En comunidades como Nohalal, la apicultura no sólo es una actividad económica, sino también es parte del tejido social y cultural. Las abejas —esenciales para la fertilidad de los campos y la alimentación de muchas especies— son hoy el símbolo de una urgencia ambiental que exige respuestas.

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