Gritando “libertad, paz y justicia”, alrededor de 100 personas marcharon este sábado en Cancún en la primera protesta convocada bajo el nombre de la “Generación Z”, que también se efectuó en otras 52 ciudades del país. Sin embargo, la presencia juvenil en Cancún fue mínima: la mayoría de los asistentes eran adultos e incluso personas de la tercera edad.
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La movilización se dividió en dos contingentes, uno que partió desde la glorieta del Ceviche y otro que inició en la explanada de la Plaza de la Reforma. Entre las consignas más repetidas no solo destacaron los llamados a la paz, sino también los mensajes políticos directos: “fuera narcos del poder”, “fuera Morena”, “fuera malos gobernantes”.
Manuel García, uno de los pocos jóvenes presentes, afirmó que la convocatoria surgió en redes sociales y se difundió a través de medios locales y nacionales. Señaló que los participantes comparten un punto en común: el hartazgo. “Ya no queremos más corrupción, ya no queremos vivir entre tanta inseguridad. Ya son miles de desaparecidos, principalmente jóvenes y mujeres. Hay robos, narcotráfico, ineficiencia de los tres órdenes de gobierno”, expresó.
García también criticó que, pese a que Morena y sus aliados llevan varios años en el gobierno, los problemas del país no solo persisten, sino que —dijo— continúan creciendo, situación que también se refleja en Quintana Roo. El joven confió en que la segunda marcha convocada para iniciar a las 4 de la tarde reúna a más integrantes de la verdadera “Generación Z”, pues considera fundamental que las y los jóvenes participen en la exigencia de cambios reales.
Entre los manifestantes también destacaron algunas personas vestidas de blanco y portando sombrero, como homenaje al alcalde asesinado de Uruapan, Michoacán, Carlos Manzo, creador del llamado “movimiento del sombrero”, hoy adoptado como símbolo de protesta ciudadana.
La marcha concluyó sin incidentes, con escasa presencia policiaca, pero dejó en evidencia una contradicción central: una protesta juvenil que, por ahora, está siendo tomada en sus manos principalmente por generaciones anteriores.
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El contingente concluyó con un pequeño mitin en la explanada de la Plaza de la Reforma, donde varios de los asistentes jóvenes no quisieron hablar con los medios de comunicación, argumentando tener miedo a hacer declaraciones. El Palacio Municipal permaneció cerrado desde antes de las 10 de la mañana, según comentaron algunos de los policías que resguardaban el inmueble.
Para la marcha de la tarde, también fue patente la confusión, ya que mientras unos afirmaron que se congregarían en el Ceviche, otros externaron que saldrían del Crucero, hacia la Plaza de la Reforma.
